CORTINAS DE HUMO ANTE AUSENCIA DE UN PLAN ANTICRISIS AGUDIZARÁN LOS EFECTOS DEL COVID-19: OMAR ORTEGA

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El presidente ha mostrado hasta ahora una gran habilidad para distraer la atención de aquello que realmente importa. Mientras el país está urgido de un Plan de Emergencia acorde a la dimensión de las dos crisis que están por venir, la sanitaria y la económica, está última que traerá una considerable pérdida de empleos y la agudización de la pobreza que requeriría recursos de al menos 2 ó 3 puntos porcentuales del PIB, el gobierno insiste en su trillada narrativa de sacar recursos de donde no los hay.

La pandemia ha puesto en evidencia las debilidades del sistema de salud, la inadecuada transformación del Seguro Popular en el Insabi ha exhibido las grandes carencias con las cuales se tendrá que hacer frente a la contingencia.

No quiero ser pesimista, pero parece que el presidente pretende conducir en soledad su proyecto político; el enfrentamiento que trae con los empresarios y los pequeños emprendedores sólo significará pérdida de empleos y una agudización de la crisis. La ausencia de apoyos para el sector productivo dentro de las medidas anunciadas el domingo pasado, contrario a lo dicho por el presidente López Obrador, prolongará sus efectos nocivos.

Legisladores y partidos políticos podríamos donar todos los recursos que recibimos y ni así se reuniría la cantidad de dinero que se requiere para lograr primero, inyectar recursos al sector salud para hacer frente al COVID19 y segundo, evitar que se pierdan millones de empleos.

Por lo que la reducción de salarios y la renuncia “voluntaria” al aguinaldo de la burocracia federal, parece sólo un placebo mediático para enfrentar la crisis económica que dejará el COVID19. Este tema forma parte de la retórica del presidente de la república.

Todos tenemos que contribuir en lo que corresponda a combatir la pandemia y a minimizar sus efectos.
Los legisladores debemos ser ejemplo de solidaridad con las personas más desfavorecidas y si tenemos que aportar de los ingresos que percibimos por nuestro trabajo estamos dispuestos a hacerlo.

Sin embargo, me preocupa profundamente que se esté señalando que con este tipo de medidas se va a contribuir seriamente a aminorar los efectos negativos cuando vemos una ausencia crítica de acciones para afrontar las dos crisis que vienen.

La oposición debe participar animando consensos para llevar a la ejecución las mejores alternativas, pero eso no será posible mientras el gobierno federal y su partido no superen su narrativa autocomplaciente y populista.

Frente al desconocimiento gubernamental sobre cómo fomentar la creación de riqueza y cómo conservar los empleos, la propuesta de reducción de salarios y la “renuncia voluntaria” a los aguinaldos, resultan cortinas de humo que buscan ocultar el hecho de que no tienen idea de cómo encarar la crisis sin modificar radicalmente su proyecto, el cual de por sí si ya resultaba inviable, ahora no quieren reinventarse.

Si el gobierno propone reducir los salarios de los servidores públicos de su administración y estando obligados a actuar no hacen nada efectivo para encarar este momento, pues entonces mejor que renuncien.

Este gobierno no tiene por qué cobrarle a la ciudadanía un servicio que no le está prestando. El domingo esperábamos un Plan de Emergencia Económica pero el presidente prefirió culpar a los demás de sus propios errores y descarriló cualquier posibilidad de un llamado a la unidad nacional.

Esta irresponsabilidad frente a la crisis debilitará su administración y por supuesto no permitiremos que por medio de retóricas gastadas termine con las instituciones que son contrapeso de su frustrado proyecto de transformación.

Hoy la oposición es muy necesaria para poder producir opciones alternativas de representación y de gobierno frente a la fallida conducción que se está haciendo de la crisis.

La verdadera intensión detrás de este tipo de propuestas, es desviar la atención y debilitar cualquier opción seria de contrapeso y cambio de gobierno. Nosotros no vamos a apostar al fracaso del gobierno, pero si está decepcionando a la población debemos ser una mejor alternativa.