A 70 años de su fallecimiento se reconoce la obra crítica del muralista José Clemente Orozco
Ciudad de México.- La obra plástica de José Clemente Orozco, integrante de los “tres grandes” del muralismo en México, se encuentra más vigente que nunca, sus caricaturas son un reflejo de la sociedad y situación política que vivió y que podrían ser un reflejo de la actualidad.
A 70 años de su fallecimiento, a José Clemente Orozco (23 de noviembre, 18831- 7 de septiembre, 1949) se le reconoce por su obra de crítica social, quien además se desempeñó como caricaturista y litógrafo; además de obtener en 1946 el Premio Nacional de Artes.
Hombre en llamas, pintura realizada entre 1938 y 1939, que adorna la bóveda del Hospicio Cabañas, es considerada una de sus piezas más representativas del artista tapatío, en la que muestra la injusticia y corrupción imperantes.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) incluyó el fresco de 11 metros de largo, al que acompañan otras 53 pinturas a su alrededor, como uno de los tres patrimonios culturales de la humanidad provenientes del estado de Jalisco, después del tequila y el mariachi.
Además, la obra José Clemente Orozco también se puede apreciar en el Palacio de Bellas Artes (PBA) donde se exhibe Katharsis, mural que pintó al mismo tiempo que Diego Rivera trabajaba en el suyo. Contingentes que avanzan en direcciones opuestas, grupos armados con puñales y cuchillos, pilas de cadáveres, una mujer desnuda cubierta de joyas yace en el suelo, así es como Orozco percibía el clima internacional.
La participación de José Clemente Orozco en el proyecto de la Preparatoria, hoy Antiguo Colegio de San Ildefonso, inició en 1923 y concluyó en 1926. En ese periodo pintó los muros norte de los tres pisos del Patio Principal, así como los del primer descanso del cubo de la escalera. La trinchera es una de las obras que allí se pueden admirar.
En Jalisco, el Palacio de Gobierno de Guadalajara tiene un mural en el que se ve al Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla; mientras que el Palacio Municipal de Orizaba tiene en sus muros Reconstrucción. En La Casa de los Azulejos se puede admirar Omnisciencia en el descanso de la escalera.
En la Suprema Corte de Justicia de la Nación están El movimiento social del trabajo, Las riquezas nacionales y La justicia, realizados en 1941.
El hombre creador y rebelde y El pueblo y sus falsos líderes se aprecian en el paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.
El pintor mexicano en Estados Unidos llevó a cabo su segunda etapa mural. En 1930 pintó Prometeo en el Pomona College Claremon; Dartmouth, obra realizada el mismo año, cuando fue invitado a dar clases de técnica de fresco en el Dartmouth College, en Hanover.
En 1940 viajó a Nueva York para pintar, por encargo del Museo de Arte Moderno, un tablero dividido en seis partes movibles, el cual tituló Dive Bomber.
En el año 2010 el MoMA presentó una gran retrospectiva de su obra, siendo la tercera dedicada a un artista mexicano y la sexta a un latinoamericano, después de Diego Rivera.
De 1942 y hasta 1946 hizo pintura de caballete, retratos y decoraciones para ballet. En los últimos años su estilo fue simplificado, al buscar sobre todo un carácter más dramático y violento que le aproximara más al expresionismo.
En 1947 el arquitecto Mario Pani le ofreció la oportunidad para realizar una obra al exterior en el recién terminado edificio de la Escuela Nacional de Maestros. En el vestíbulo del propio edificio, Orozco pintó al fresco unos tableros que denominó El pueblo se acerca a las puertas de la escuela.
En 1948 hizo para la Sala de la Reforma del Museo Nacional de Historia, en el Castillo de Chapultepec, el tablero Juárez redivivo. En 1948 y 1949 pintó la media cúpula de la Cámara de Diputados de Jalisco y el frontón interior del recinto.
Tomó posesión como Miembro Fundador de El Colegio Nacional el 15 de mayo de 1943, institución en la que presentó seis exposiciones a partir de esa fecha.
José Clemente Orozco murió en la Ciudad de México el 7 de septiembre de 1949. Sus restos se encuentran en la Rotonda de las Personas Ilustres del Panteón Civil de Dolores, honor que por primera vez en México se otorgó a un pintor.