Alimentos insalubres afectan a 600 millones de personas en el mundo: OMS

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Según datos de 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los alimentos insalubres provocan más de 200 enfermedades, desde diarrea hasta cáncer, que afectan a unos 600 millones de personas, de las que mueren 420 mil. Cada año mueren 125 mil niños por padecimientos de transmisión alimentaria, destaca el documento.

Apenas en febrero de 2019, durante la inauguración de la Conferencia Internacional sobre Inocuidad Alimentaria, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, expresó en su discurso:

“Sabemos que las enfermedades de transmisión alimentaria causadas por productos químicos, virus, bacterias y parásitos matan a cientos de miles de personas cada año”.

Para atender esa situación, agregó, “la mejora de la inocuidad de los alimentos en los países requiere inversiones sostenidas en varios ámbitos, desde una reglamentación más estricta hasta mejores laboratorios, una vigilancia más rigurosa y una mejor capacitación y educación”.

Por su parte, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha establecido que los consumidores tienen derecho a comida segura y de alta calidad:

“Los alimentos buenos e inocuos son la base de una dieta nutritiva. Además de salvaguardar el bienestar de los consumidores, la inocuidad de los alimentos también es crucial para que los productores agrícolas puedan acceder a los mercados. Esto a su vez contribuye al desarrollo económico y a la reducción de la pobreza”.

Actualmente los riesgos en la materia se incrementan lo mismo por descuidos e ignorancia que por actividades como el terrorismo. Por ello es vital garantizar la inocuidad (es decir, que no puedan dañar la salud del consumidor) de los alimentos mediante mecanismos y procesos que garanticen la seguridad de los productos.

En ese sentido, una de las certificaciones más importantes que se han generado en el mundo es Safe Quality Food (SQF), programa diseñado para garantizar los más altos estándares de seguridad en el proceso de producción, preparación y manejo de los alimentos. Esa certificación es la única reconocida por la Iniciativa Mundial de Seguridad Alimentaria (GFSI, por sus siglas en inglés), una de las más prestigiosas organizaciones en la materia.

Según explica el SQF Institute, este exigente programa (que sólo tienen también Estados Unidos, Canadá y Australia) es aplicable a toda la cadena de suministro: producción primaria, fabricación, procesamiento, transporte, almacenamiento, distribución y empaque de alimentos. Destaca no sólo por el cumplimiento riguroso de las regulaciones y la satisfacción del cliente, sino por sus resultados: la protección a la marca, a los compradores y la rentabilidad.

“La certificación SQF produce beneficios como la confianza del consumidor en la marca, un alto grado de aceptación en los mercados, previene el retiro de los productos y garantiza que no habrá daños a la salud. Por supuesto, esto significa una relevante ventaja comparativa que deriva en grandes beneficios tanto para el productor como para el consumidor”, menciona Violeta Feregrino Soto, practicante de SQF en Lyncott, empresa mexicana de derivados lácteos que obtuvo en febrero pasado, en su nivel 2, la certificación SQF Code for Manufacturing, en su edición más reciente.

SGS, empresa líder con más de 60 años de experiencia en inspección, verificación y certificación en México, encontró varias fortalezas en su evaluación de Lyncott: equipo de implementación competitivo y comprometido una nueva forma de gestión, administración del tiempo y recursos adecuados para lograr la certificación, así como un alto compromiso por ofrecer productos seguros y confiables.

A decir de la vocera de Lyncott, “con esta certificación mantenemos y reiteramos nuestro compromiso con nuestros clientes, consumidores y socios comerciales de ofrecer únicamente productos seguros, confiables y competitivos en el mercado”. Añadió que con ello han robustecido su sistema de gestión de inocuidad para “generar mayor confianza y lealtad en nuestros consumidores”.

Agregó que este logro es no sólo importante para Lyncott sino también para los productores nacionales al demostrar que en México se pueden producir alimentos que cumplan requisitos mundiales de inocuidad alimentaria.

Se han expedido unas 15 mil certificaciones SQF en el mundo, de las cuales México cuenta con poco más de 500 para cerca de 200 empresas, entre las cuales se encuentran Bachoco, Gruma, Kellog’s, Wal Mart, Maseca y Barcel, entre otras.