Un ambiente de fiesta se vive esta mañana al interior del estadio Jesús Martínez “Palillo” de Ciudad Deportiva, habilitado como albergue por el Gobierno de la Ciudad de México, para recibir a los integrantes de la Caravana Migrante, que salieron de sus países en busca de una vida mejor.
Las caras largas, cansadas, agotadas, y los pies lastimados por la caminata que han emprendido desde la salida de sus países como Honduras, Guatemala y El Salvador, se han disipado por el momento; se han aseado y se les ha proporcionado, en algunos casos, pantalones, camisas, blusas y zapatos.
En un pequeño templete, con enormes bocinas a los costados, colocado a unos metros de la entrada al estadio, un joven canta y baila teniendo como espectadores a los decenas de migrantes que pernoctaron en este punto y en los espacios vacíos que encontraron en torno a este lugar, dentro de Ciudad Deportiva, a la altura de la puerta seis.
Las carpas han sido insuficientes para darles cobijo, sin embargo, muchos de ellos ya desayunaron, se formaron y siguen formados en las largas filas para obtener el alimento.
En este espacio deportivo de la delegación Iztacalco nada alcanza: ropa, agua, alimento, sigue siendo insuficiente para los migrantes que con paciencia esperan bajo la sombra de un árbol o en sus pequeñas casas de campaña a que se reduzca el tiempo de espera para alimentarse.
Al lugar continúan llegando migrantes de las caravanas que salieron de Honduras en octubre pasado.
Personal del gobierno capitalino, de la alcaldía Iztacalco y de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, todos portan chalecos y se mantienen atentos para brindarles ayuda.
El jefe de gobierno capitalino, José Ramón Amieva, llegó al estadio y realiza un recorrido, acompañado por el procurador capitalino, Edmundo Porfirio Garrido Osorio; del secretario de seguridad local, Raymundo Collins; de Salud, Román Rosales Avilés, y de Desarrollo Social, Alejandro Piña Medina.