Ante una pérdida amorosa lo mejor es la resiliencia: expertos

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Luego de celebrar el día del Amor y Amistad, Voz Pro Salud Mental Ciudad de México (VPSM CDMX) señala que también hay quien se encuentra lidiando con la pérdida de una relación amorosa. Por ello, presenta información útil que les permita hacerle frente de una manera resiliente y transitar por la ruptura “sin morir en el intento”.

El concepto de resiliencia -entendido como la capacidad de adaptarse y reponerse ante la adversidad, y salir fortalecido de ella- ha adquirido gran importancia en la actualidad. Si bien es una característica propia de todos los seres humanos, hay quienes la manifiestan de una forma más natural. Esto depende de su biología, su carácter, la responsabilidad que toman ante sus acciones, su relación con la familia y la comunidad, así como el número, intensidad y duración de los eventos estresantes o adversos que experimentaron -especialmente a temprana edad-.

Numerosos estudios que retoman la “Teoría del apego” de John Bowlby y Mary Ainsworth, hablan de la relación entre el apego del infante y la madre y la capacidad para superar una relación amorosa en la edad adulta.

Tal es el caso de Barbara Backlund y Sarah K. Sifers, quienes, en sus respectivos artículos (Disenfranchised Grief: Loss of an Adolescent Romantic Relationship [1991], y Bouncing Back from a Breakup: Attachment, Time Perspective, Mental Health, and Romantic Loss [2011]) coinciden en que, de los tres tipos de apego que existen en la edad temprana -apego seguro, inseguro evitativo y ambivalente/resistente-, las personas que experimentaron los últimos dos tienden a mostrar una mayor dificultad en el duelo.

Por suerte, la resiliencia siempre se puede aprender, y se logra al modificar conductas, pensamientos y acciones que nos han resultado perjudiciales hasta ahora.

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Ante una ruptura amorosa existen dos caminos: quedarnos estancados en la tristeza o aceptar la realidad y seguir adelante; pero, para lograrlo, necesariamente debemos atravesar una etapa de duelo, a la que pocos estamos dispuestos, debido al dolor que implica sentir.

Sin embargo, una vez que éste comienza a disminuir, podemos reconciliarnos con la pérdida y adquirir una visión más amplia de nosotros mismos y de la vida, y es justo ahí donde aparecen las oportunidades de crecimiento.

Si tuviéramos confianza en las bondades de este proceso, la mayoría de nosotros lo aceptaría de mejor manera. Es ahí donde entra en juego la resiliencia: dar un enfoque positivo al dolor, sabiendo que éste nos transformará y fortalecerá.

Un ensayo de la American Psychological Association enlista una serie de acciones para atravesar el duelo de forma resiliente:

1. Mantener buenas relaciones con la gente importante para nosotros.
2. Evitar ver las crisis como eventos insuperables.
3. Aceptar que el cambio es parte de la vida.
4. Desarrollar metas realistas y moverse poco a poco hacia ellas.
5. Buscar oportunidades para descubrirse a uno mismo.
6. Cultivar una visión positiva nosotros, desarrollando la confianza en nuestra capacidad para resolver problemas y en nuestros instintos.
7. Mantener las cosas en perspectiva.
8. No perder la esperanza.
9. Cuidar de nosotros mismos: interesarnos en actividades que disfrutemos y encontremos relajantes, así como cuidar de nuestro cuerpo.

Otro aspecto muy importante de la resiliencia es vivir el momento presente, así que, si la nostalgia nos invita de vuelta al pasado o a idealizar la relación, debemos conectarnos nuevamente con el ahora y con la objetividad para evaluarla de una manera más realista.