Al anunciar que “todavía habrá otra sacudida, otra zarandeada a la mata” de la burocracia federal, el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que se revisará nuevamente la aplicación de la Ley de Austeridad, porque se ha detectado que aún existen direcciones generales adjuntas y la contratación simulada de asesores.
También admitió que en ajuste del aparato federal ha habido casos donde “han pagado justos por pecadores”.
Además, ofreció corregir injusticias corregidas, si las ha habido, en el caso de mandos medios.
Nuevamente se lanzó contra la proliferación de plazas burocráticas en gobiernos anteriores, particularmente durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa. En aquella, y gracias a la enorme disponibilidad de recursos fiscales por los altos precios del petróleo, se incrementaron los puestos de trabajo en el gobierno.
“Agrandaron el aparato burocrático y crearon direcciones adjuntas. Muchas, como hongos después de la lluvia. Y ahora se decidió que no las haya. Incluso está en la Ley de Austeridad. No debe haberlas. Pero aún hay inercias (…) es responsabilidad de la Secretaría de la Función Púbica y de todos los secretarios (…) hay instrucciones precisas para que no existan; sin embargo, se siguen concursando porque hay resistencias. Es que fueron 36 años de política neoliberal y muchos se colonizaron mentalmente. Entonces, no aceptan, cuesta trabajo” acatar las disposiciones en la materia, señaló el mandatario.
Se han detectado también casos en los cuales con el argumento de la austeridad y usándola como excusa, funcionarios medios pidieron a subalternos que entregaran sus plazas, “cuando no era esa la instrucción, sino (por el contrario) proteger a los de abajo y ajustar a los de arriba, porque ahí era donde estaba el exceso, donde se despachaban con la cuchara grande”.
Entonces, añadió el jefe del Ejecutivo, hubo el caso de un oficio firmado por un director adjunto diciéndole a uno de nivel bajo que estaba despedido, cuando “en realidad, el despedido era el adjunto, no el de abajo. Pero esa era la inercia; y esto debe irse resolviendo y poniendo orden”.
Fue entonces cuando anticipó que vendrá “otra sacudida, otra zarandeada; todavía habrá más ajustes”.
Secundó además el planteamiento de que los empleados del gobierno salgan al campo a trabajar para que se “se asoleen; que no permanezcan con tanto amarillo en la piel, amarillo burócrata”.