Inspirada en la revolución industrial y guiada por el método científico, Adriana Corach busca proyectar un mensaje diferenciador a través del arte: un llamado a reflexionar sobre la era del uso de los productos desechables para crear arte a través de una tecnología determinada.
“El arte industrial se utiliza poco en México y a mí me encanta porque nos remonta al pasado a través de los inventos, la durabilidad de los objetos, la funcionalidad, la materia prima. Fue la revolución industrial un fenómeno histórico de transformación económica, ambiental y social que han marcado las bases para como hoy vivimos”, afirma.
Bióloga de profesión por la Universidad Nacional Autónoma de México, Corach conoce el origen de los materiales con los que trabaja, los matices de un lienzo orgánico y los efectos con elementos naturales, dando como resultado su primera colección de 42 piezas entre cuadros y objetos.
“La exposición tiene objetos también, no me quise solo limitar a las obras de arte sino también a sentir, a poder tocar a través de piezas, pero como tal, una exposición de arte específico. Me encanta utilizar los elementos del estilo industrial, manejar metal, acero, madera, fuego”, señaló la artista durante la presentación de su exposición.
La artista busca a través de su estilo de arte industrial hacer conciencia sobre la necesidad de poderle dar una segunda oportunidad a las cosas y evitar la cultura de los desechables.
La pintora – científica, como ella misma se define, contempla realizar más colecciones de investigación pues gracias al confinamiento generado por la pandemia de Covid-19, encontró en su arte la resiliencia para enfrentar dicha situación.
“El proceso lo disfruté muchísimo porque la situación en la que estamos viviendo, muchas historias de amigos, conocidos, me motivaron a atreverme a hacer cosas que por mucho tiempo había pospuesto. Si tenemos ese llamado hay que hacerlo porque mañana no hay certeza. Gracias a estar en casa aprendí a ver, a tocar y a impregnar mi ser de lo que me da paz. La reflexión del estilo industrial a través de inspirarse en la Revolución Industrial es que no desaprovechemos esta oportunidad de resiliencia para salir adelante”, indicó.
Añade que en su proceso de creación está implícito el método científico porque hay una comprobación y experimentación. “Me pregunto primero si lo que estoy recibiendo de información es cierto, de dónde viene y cómo puedo experimentar y confirmarlos. Hago mis propias hipótesis y esto también, lo que estamos viviendo en este momento, la experimentación es parte de mi ser como científica.
Corach platica que la decisión de abandonar el camino de la ciencia y optar por aplicar sus conocimientos al arte, surge desde la niñez.
“De niña me encantaba pintar todo, ya lo traía, es algo que guardé y eso me causó mucha frustración. Yo soy bióloga, pero me dediqué varios años, casi 15 años a organizar eventos masivos y a partir del temblor del 2017 fue para mí como un despertar y decir ya no quiero regresar a mi vida normal, quiero que sea algo extraordinario y es por eso que ahora soy pintora”.
Finalmente, la artista reafirma que con su arte pretende dejar al mundo el legado de la conciencia del reciclaje y el cuidado del medio ambiente.
La obra de Adriana Corach se encuentra en el Chapulcafé, ubicado en avenida Chapultepec 435, colonia Juárez, donde podrán ver desde una pintura de Nicolás Tesla y otra de Marlon Brando, pasando por una escafandra, una hélice de avión y otros arte-objeto, entre los que se encuentra también una silla de oficina o tres bancas de cine antiguo.