En el marco del Día Mundial de la Salud Mental 2017, a celebrarse el próximo 10 de octubre, Voz Pro Salud Mental Ciudad de México (VPSM CDMX) pide crear conciencia acerca de la importancia de generar un clima laboral favorable para la integración y participación de las personas que viven con un trastorno psiquiátrico.
Este año la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decidido poner especial énfasis en el ámbito laboral.
Lo anterior con el fin de buscar el apoyo de las empresas, no sólo para liberar el estigma en los procesos de contratación, sino también para, una vez formando parte del equipo de trabajo, brindarles herramientas como seguros de gastos médicos que cubran su condición y otros ajustes razonables que les permitan desarrollar su productividad al máximo.
De acuerdo con datos de la Federación Mundial de la Salud Mental (FMSM), actualmente, por cada episodio depresivo, se pierden 36 días de trabajo. El artículo “Scaling-up treatment of depression and anxiety: a global return on investment analysis”, publicado en 2016, estimó que la depresión y la ansiedad son responsables de más de 50 mil millones de años de días de trabajo perdidos en 36 países, lo cual equivale a una pérdida económica de más de 925 mil millones de dólares.
Esto podría revertirse si se les proporcionaran los dos pilares mencionados.
Escenario actual
Cifras de la FMSM señalan que el 80% de las personas con una enfermedad psiquiátrica se encuentran desempleadas, a pesar de que un 70% desea trabajar. Esto no sólo las convierte en dependientes económicas, sino que, al no sentirse productivas, su riesgo a recaer aumenta.
Hay quienes, para conseguir o mantener un empleo, ocultan su enfermedad (70%, de acuerdo con la FMSM); esto muchas veces implica no tomar o dejar de tomar el tratamiento por miedo a ser descubiertos, lo que trae consigo más complicaciones.
Una persona con una condición de salud crónica (cáncer o lesiones graves, por ejemplo), se ve incapacitada para trabajar durante los periodos agudos de la enfermedad; sin embargo, en los periodos asintomáticos, puede hacerlo de manera eficiente. Lo mismo sucede con las personas con discapacidad psicosocial, donde, en la mayoría de los casos, los periodos asintomáticos son los más frecuentes y duraderos.
Costos del estigma
Las empresas tienden a rechazar cualquier solicitud de empleo de una persona con un diagnóstico psiquiátrico, o bien, si la persona ya está contratada y presenta alguna de estas enfermedades, corre el riesgo de ser despedida.
Esto se debe a que los empleadores consideran que estas personas presenten bajo desempeño, conductas violentas o crisis en el lugar de trabajo. Sin embargo, si siguen un tratamiento adecuado, el riesgo de incurrir en estas acciones es igual al que presenta cualquier otra persona.
En México, las últimas actualizaciones de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica, publicada por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (INPRF), señalan que el 28.6% de la población ha sido diagnosticada con un trastorno psiquiátrico, por lo que, de continuar con el rechazo laboral por estigma, se estaría descartando a casi una tercera parte de los habitantes, quienes -en su mayoría- se encuentran en edad productiva.
Propuestas
Ante estas situaciones, la FMSM sugiere a los empleadores crear un clima laboral de aceptación hacia la enfermedad mental donde se fomente su conocimiento, su integración y la búsqueda de tratamiento. Para esto, propone realizar pláticas sobre salud mental en el trabajo, así como conmemorar fechas relacionadas a ella.
VPSM CDMX apoya esta recomendación y señala la importancia de crear leyes para la protección del trabajo de personas con un trastorno psiquiátrico, ya que la ley de salud mental, a pesar de que protege los derechos de las personas con discapacidad psicosocial a recibir un tratamiento adecuado, hace poco por la protección de sus derechos laborales. A diferencia de otras condiciones crónicas, la mayoría de las enfermedades mentales no son aceptadas como causas de incapacidad pagada, ni como motivo válido de absentismo laboral.