El cáncer de mama es la enfermedad que más se ve en las consultas en el Instituto Nacional de Cancerología (INCan), y cada año llegan a recibir atención entre 700 y 800 pacientes nuevas. Representan más o menos el doble que el resto de las neoplasias tratadas en el Instituto. Señaló lo anterior la Dra. Diana Flores Díaz, Oncóloga Médica del Servicio de Tumores Mamarios del INCan, quien agregó que los avances logrados con los tratamientos nuevos permiten que se incremente la supervivencia en pacientes con cáncer.
Aunque el cáncer de mama es de los tumores más comunes en las mujeres, no es uno de los tumores por los que más mueren las pacientes. Por ejemplo, una paciente puede tener una vida muy larga y una buena calidad de vida con estos nuevos tratamientos, incluso en enfermedad avanzada.
Cuando el diagnóstico se hace en las primeras tres etapas del cáncer, se busca la curación. “Entre más avanzada esté la enfermedad, es más probable que ésta regrese y que eso acorte la expectativa de vida del paciente. Desgraciadamente, la mayoría de las pacientes atendidas en México y en el Instituto, alrededor del 60 por ciento, acuden con tumores localmente avanzados, es decir, de más de 5 centímetros o con enfermedad ganglionar en las axilas o en el cuello, lo cual acorta su supervivencia”, explicó.
La Dra. Diana Flores Díaz dijo que el intento para curar la enfermedad se hace prácticamente en todas las etapas, “incluso hay pacientes en etapa 4 o en enfermedad metastásica en donde se puede dejar a las pacientes sin evidencia de enfermedad, y así, son quienes tienen mayor probabilidad de vivir a largo plazo, pues la enfermedad metastásica es el factor que más acorta ésta expectativa de sobrevida”, añadió.
Desafortunadamente la mayoría de las pacientes que llegan al Instituto tienen tumores que promedian de 6 a 7 centímetros, con enfermedad ganglionar. En países desarrollados, el 60 por ciento de las pacientes llegan con evolución temprana del cáncer y con mejor pronóstico y mayor probabilidad que permanezcan curadas “Aquí en el INCan del 60 al 80 por ciento de las pacientes llegan con enfermedad avanzada y sólo el 20 por ciento con enfermedad temprana, que permite un mejor pronóstico a largo plazo”.
Por ello, continuó, es importante seguir fomentando la prevención y la detección oportuna. La prevención va de la mano con otras enfermedades crónico-degenerativas. Reducir el riesgo del cáncer de mama sigue las mismas recomendaciones que para otras enfermedades cardiovasculares o diabetes, que son las que más afectan a la población: seguir una dieta equilibrada, mantener un peso adecuado y hacer cotidianamente ejercicio, lo que posibilita disminuir hasta en un 40 por ciento la probabilidad de desarrollar algún tipo de cáncer, entre los que se encuentra el cáncer de mama.
Pero los factores de riesgo más importantes, como son el hecho de ser mujer y el envejecimiento, así como factores genéticos, “desafortunadamente no se pueden revertir, pues son inherentes a nuestra condición humana y no pueden evitarse, por lo que debe priorizarse el diagnóstico temprano”.
“Tanto en la enfermedad temprana como avanzada, los oncólogos médicos nos especializamos en el tratamiento sistémico del cáncer, o sea el tratamiento con medicamentos o fármacos, entre los que se incluye hormonoterapia, quimioterapia, terapias blanco, y recientemente se ha querido incluir a la inmunoterapia como nueva estrategia de tratamiento, pero eso todavía está en investigación”.
La Dra. Diana Flores Díaz habló de su experiencia con el uso del medicamento Abraxus, para Suspensión Inyectable (paclitaxel unido a albúmina, en una formulación de nanopartículas), indicado para enfermedad metastásica, que se ha enfocado en grupos de alto riesgo, como son las pacientes con cáncer de mama triple negativo, “que constituyen un grupo especial de cáncer de mama, en el que no están los marcadores de receptores de estrógenos, progestágeno y la proteína del HER 2 que no está alterada y que favorece el crecimiento y las metástasis, y por ello lo denominamos triple negativo”.
Para este grupo de pacientes no existe algún otro tipo de tratamiento más que quimioterapia, y Abraxus se usa en este tipo de cáncer de mama. “Utilizamos el medicamento en pacientes de muy alto riesgo, con enfermedad avanzada, triple negativo y que progresaron en su enfermedad con algún otro tratamiento previo”.
Las pacientes “tenían un pronóstico muy malo y pocas probabilidades de responder a tratamiento; su utilización redujo su tiempo de estancia en el hospital, no requieren premedicación, pues no genera reacción alérgica y su ventaja es que al disminuir los esteroides, cuando hay diabetes o alguna otra enfermedad, tienen menor riesgo de sufrir algún descontrol metabólico. Ha habido respuesta favorable en las pacientes, lo que regularmente es difícil de observar”.
Son pacientes que, a pesar del alto riesgo y pobre respuesta a los tratamientos previos, al utilizar Abraxus mostraron respuesta de su enfermedad. “Son resultados alentadores y ya es una opción como nuevo tratamiento, pues algunos ensayos clínicos lo están incorporando ya como primera línea, como primer tratamiento que se puede dar a un paciente con cáncer de mama”, explicó.
Dijo por último que hay diferentes tipos de cáncer de mama, y dependiendo cada uno, hay tratamientos dirigidos para cada característica que tiene la enfermedad y el oncólogo médico es el especialista adecuado para tratarlo.