El autismo se ha convertido en uno de los padecimientos del desarrollo neurocientífico más frecuente en el ámbito psiquiátrico actual pero lo cierto es que las necesidades de las personas con autismo no ha sido un tema prioritario en las agendas científicas, al menos en lo que a América Latina se refiere, expuso Mónica Anzaldo, investigadora del Colegio de San Luis Potosí.
Además, comenta que muchos pediatras no están capacitados para detectarla en una primera instancia y de hecho no incluyen en sus cuestionarios diagnósticos las preguntas necesarias para corroborar que el niño esté libre de TEA, y lo mismo sucede con el trastorno en otros entornos.
“He notado que la cuestión de la discapacidad se enfoca mucho en las personas que no pueden caminar, que no pueden ver, etc., sin embargo no ven esta otra discapacidad”.
En su artículo “Capacidades científicas en el trastorno del espectro autista en México: reflexiones desde el vínculo entre ciencia, tecnología e innovación y políticas sociales”, la especialista documenta que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) afecta a 1 de cada 160 niños a nivel mundial.
En su artículo, la doctora aborda que aunque en las políticas de CTI en México toman en cuenta la atención a las necesidades de salud, medioambiente o pobreza, en la práctica los programas de financiamiento a las actividades de investigación continúan dando mayores incentivos a los proyectos que pueden explotarse comercialmente y dejan de lado a las problemáticas que no entran en ese rubro, como el TEA.
“Se observa la acumulación de trabajos en las disciplinas relacionadas con el desarrollo de aplicaciones tecnológicas, telecomunicaciones e ingeniería, mientras que en el área médica se observa la vocación por los temas relacionados con aspectos neurológicos y psiquiátricos del trastorno, mientras que los abordajes desde las ciencias de la conducta y las ciencias sociales están poco representados”.
Esta enfermedad, explicó la doctora en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, no es tomada en cuenta por su propia invisibilidad ya que aunque a la fecha estudios recientes señalan un incremento mundial en la prevalencia de personas con TEA en el mundo, el país no cuenta con una estadística sistemática de cuántas personas lo padecen.
“Esta condición se ha convertido en uno de los padecimientos del desarrollo neurocientífico más frecuente en el ámbito psiquiátrico actual pero lo cierto es que las necesidades de las personas con autismo no ha sido un tema prioritario en las agendas científicas, al menos en lo que a América Latina se refiere”, escribe la doctora en su artículo.
La investigadora concluyó que a la fecha “no hay un programa de investigación fuerte que se ponga a investigar la situación en México, incluyendo la perspectiva antropológica, sociológica, de trabajo social. (…) Pienso que se requiere un programa especial que entienda las particularidades de este trastorno que son muy, muy amplias”.