La Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres (Conavim) señaló que la brecha salarial entre hombres y mujeres es uno de los tres aspectos más importantes de la desigualdad de género.
Precisó que de acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) si una fémina tiene el sueño de ser una ingeniera o científica reconocida, se enfrenta a estereotipos que intentan convencerla de las dificultades de dedicarse a una profesión catalogada solo para hombres.
Además de competir por posiciones de liderazgo y no recibir el mismo apoyo que sus colegas del sexo opuesto; o buscar oportunidades de crecimiento en el trabajo, pero darse cuenta que en la empresa donde labora algunas personas ganan más que otras por realizar el mismo trabajo, o tener el mismo nivel de puesto, destacó la Conavim en su blog.
En su informe La Lucha por la Igualdad de Género, la OCDE mencionó que “cuando las mujeres trabajan, son más propensas a hacerlo a tiempo parcial, tienen menos probabilidades de avanzar a puestos directivos, son más propensas a enfrentarse a la discriminación y ganan menos que los hombres”.
Las brechas de género, tienden a aumentar durante los años de formación de la familia, ya que la maternidad tiene efectos negativos sobre la participación de la mujer en la fuerza de trabajo, su remuneración y su progresión profesional, detalla la publicación.
Esto ocurre sobre todo cuando la oferta de servicios públicos de calidad para el cuidado infantil no cubre la demanda, como es el caso en México.
Lo anterior, explica por qué en México solo 45 por ciento de las mujeres en edad productiva trabajan, en comparación con el promedio de 78 por ciento de los hombres mexicanos, según datos de la OCDE que coinciden con la más reciente encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en colaboración con la Secretaría del Trabajo correspondiente al tercer trimestre de 2018.
Asimismo, apuntó que para las mujeres que trabajan, es clara la desventaja que enfrentan con respecto a los hombres, pues su ingreso anual promedio es 54.5 por ciento más bajo, la tercera brecha de género más alta de los 37 países que conforman la OCDE. A esta diferencia se le conoce como brecha salarial.
De igual forma, el estudio Discriminación Estructural y Desigualdad Social, publicado por el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) en 2017, reveló que, en México, los hombres reciben en promedio un ingreso laboral por hora trabajada de 34.2 por ciento mayor al de las mujeres.
Si bien esta brecha salarial varía por tipo de trabajo e incluso por estado, es evidente que la discriminación de género en el ámbito laboral aún es una realidad en nuestro país, explicó la Comisión.
Expresó que para la OCDE, la brecha salarial entre géneros es uno de los tres aspectos más importantes de la desigualdad de género, junto con el reparto desigual del trabajo no remunerado y la violencia contra las mujeres.
Esto demuestra, que a pesar de los avances logrados, aún queda mucho por hacer para eliminar las barreras que impiden a las mujeres desarrollarse de manera plena, en igualdad de condiciones que los hombres.
De ahí la importancia de impulsar políticas públicas con perspectiva de género que permitan acelerar la participación y el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos, lo que permitirá eliminar estas brechas en beneficio no solo de las mujeres, sino de las familias y de la sociedad en su conjunto.