CAPACIDAD DE ADAPTACIÓN Y RECUPERACIÓN: VALORES RESILIENTES DE LAS EMPRESAS

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7 acciones para afrontar el desafío de las empresas o negocios

· Necesario adoptar estándares vigentes en beneficio y crecimiento de las organizaciones

· Priorizar, promover y crear expectativas compartidas, fortalecen la capacidad de recuperación

Ante los últimos acontecimientos disruptivos en el ámbito global, la industria y las organizaciones en general se han visto obligadas a transformar sus modelos de negocio para ser resilientes y buscar oportunidades de crecimiento ante los nuevos desafíos; en este marco, los estándares internacionales de gestión de riesgo, continuidad de negocio o de gestión de calidad han jugado un papel estratégico.

Recientemente grandes organizaciones han evidenciado una preparación y aprovechamiento de las oportunidades, es decir, han mostrado ser resilientes. Ejemplo de ello son las compañías Ford y General Electric se enfocaron a la manufactura de por lo menos 5 mil ventiladores en sólo 100 días en Estados Unidos, e, incluso, llegar a 30 mil por mes, como fue publicado en algunos medios. Estas industrias son ejemplo de cómo han aprovechado de manera constructiva las circunstancias.

Al respecto, Leonardo García, Instructor Certificado de BSI, señala que las empresas con mayor capacidad de respuesta son las que tienen más posibilidades de prevalecer en el mercado y menciona siete acciones para afrontar este desafío.

A saber:

· Innovar con productos o servicios como parte de una evolución

· Revalorar los procesos bajo un enfoque actualizado

· Coordinar las diferentes disciplinas en el negocio, desde la dirección hasta el nivel operativo

· Una organización es más competitiva y robusta, cuando es ágil para seguir creando valor y generar satisfactores a necesidades

· Anticipar, prepararse, responder y adaptarse

· Se trata entonces de sobrevivir y prosperar

El modelo de negocio deberá asumir entonces la responsabilidad de transformarse en sus procesos y actividades con celeridad y adoptar las normas vigentes en beneficio y crecimiento de las organizaciones, incluyendo sus interacciones con otras organizaciones (cadena de suministro).

Normas como la enfocada a la calidad (ISO 9001:2015); de continuidad del negocio (ISO 22301); de Gestión del Riesgo (ISO 31000); Seguridad y Salud en el trabajo (ISO 45001) o de Gestión Ambiental (14001), entre otras, exigen de la transformación y actualización organizacionales.

En resumen, el tema de la resiliencia aunado a las buenas prácticas que consideran la normalización y estandarización de los procesos en la empresa y partes interesadas, es relevante y cobra especial importancia al subrayar la capacidad para adaptarse y cambiar según las circunstancias.

Por lo tanto, los modelos de negocio deberán ser competitivos, coherentes (mantener empleo y ofrecer valor), tener mejoras que redunden en una reputación con acciones que demuestren responsabilidad social, además de contar con una cultura del cumplimiento, según las leyes y regulaciones que se traten.

Comprender y validar los supuestos explícitos e implícitos que sustentan la capacidad de resiliencia de la organización, implica identificar y gestionar las lecciones aprendidas, aprovechando los éxitos obtenidos, la experiencia, los fallos, los resultados de las auditorías, las evaluaciones, y otros. “Es necesario garantizar que la resiliencia se convierta en algo rutinario”, señaló el especialista.

La industria debe habilitar y priorizar el aprendizaje; actuar de acuerdo con las lecciones aprendidas, definir los niveles de responsabilidad por los cuales las decisiones y acciones individuales y colectivas están relacionadas con las normas, expectativas y obligaciones de las organizaciones, sus socios y/o sus partes interesadas.

Al final, el ejemplo citado en esta nota, muestra cómo dos compañías que han pervivido muchos años, han demostrado comportamientos que fortalecen la resiliencia, alientan a su gente a confiar en que la organización los protegerá cuando trabajan para lograr ser resilientes.

Las organizaciones deben promover y crear expectativas compartidas que fortalezcan su capacidad de recuperación.