Esa cepa del coronavirus, que sería más contagiosa, “puede haberse originado en China o en Europa”, aunque empezó a difundirse en este continente a principios de febrero, y ”cuando se introduce en nuevas regiones se convierte rápidamente en la forma dominante”.
Una cepa del coronavirus que ahora es dominante en “muchos países” sería más contagiosa que la original, según un estudio del estadounidense Laboratorio Nacional de Los Álamos, aunque otros científicos lo ponen en tela de juicio y señalan algunas de las debilidades de este trabajo.
El estudio dirigido por la bióloga computacional Bette Korber ha sido publicado en el repositorio biorXiv, en el que los textos aún no han sido sometidos a revisión por otros expertos, aunque pueden dejar sus comentarios.
El equipo ha desarrollado una línea de análisis para facilitar el seguimiento de las mutaciones en tiempo real en el SARS-CoV-2, que causa la COVID-19, centrándose en la proteína Spike (S), que se localiza en la envuelta del virus y le sirve para entrar en las células al acoplarse al receptor humano ACE2.
Esta proteína, recuerda el estudio, es “el objetivo de la mayoría de las estrategias de vacunas y terapias basadas en anticuerpos” para hacer frente a la enfermedad.
Los expertos han identificado, hasta la fecha, catorce mutaciones en Spike y una de ellas, a la que han denominado Spike D614G, la consideran de “urgente preocupación”.
Esa cepa, que sería más contagiosa, “puede haberse originado en China o en Europa”, aunque empezó a difundirse en este continente a principios de febrero, y ”cuando se introduce en nuevas regiones se convierte rápidamente en la forma dominante”.
Estos hallazgos tienen “importantes implicaciones para la transmisión del SARS-CoV-2, la patogénesis y las intervenciones inmunológicas”, escriben los científicos.
El estudio se basa en análisis computacionales de más de 6.000 secuencias de coronavirus recogidas en todo el mundo por la Global Initiative for Sharing All Influenza Data (Gisaid).
A falta de una revisión sistemática por otros científicos, algunos investigadores han manifestado en Twitter y en comentarios en el repositorio biorXiv algunas debilidades del estudio.
Es el caso de la viróloga de la Universidad de Columbia Angela Rasmussen, quien señala en su cuenta que, si bien el estudio identifica una mutación que se ha convertido en dominante con el tiempo, el estudio no hace nada “para mostrar su importancia funcional en la transmisión”.
Para Rasmussen, el “viejo dicho de que correlación no es igual a causalidad” se aplica en este caso y considera “engañoso” el título del estudio al sugerir que la mutación de Spike “revela el surgimiento de una forma más transmisible de SARS-Cov-2”.
“No, no lo hace”, indica la científica, pues estima que lo que “revela” el documento es “una sustitución del ácido aspártico por glicina en la posición 614” de Spike.
El bioquímico español Carlos Briones invita en su cuenta en la red social a leer las explicaciones de Rasmussen, “si te gustan más los datos que los titulares impactantes”.
También en su Twitter, Trevor Bedford del departamento de epidemiología del la Universidad de Washington considera que un aumento en la transmisibilidad del coronavirus por una mutación en Spike es “una hipótesis plausible, pero está lejos de ser probada”.
El microbiólogo de la Universidad de Navarra Ignacio López-Goñi llama la atención en esa red social sobre los artículos que aún no han sido revisados de manera sistemática por otros científicos y señala: “Creo que no se debería hacer noticia ningún artículo de los publicados en las plataformas de pre-print”.