Clientes de empresas detallistas y servicios públicos requieren asistencia financiera

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A medida que las economías se cierran, las moratorias de pagos persisten y el desempleo se dispara, mientras los consumidores enfrentarán mayores desafíos para hacer pagos de deuda, dijo Edgar Shwartz, Director general de Solventium, integradora de crédito mexicana.

Para prácticamente cualquier institución orientada al consumidor que tenga cuentas por cobrar futuras, como las compañías de tarjetas de crédito y telecomunicaciones, minoristas, universidades, sistemas de salud, servicios públicos o bancos minoristas, la dificultad para cobrar conducirá a un fuerte aumento en el número de clientes que requieren asistencia financiera, mencionó Shwartz.

Además, las pérdidas de tarjetas de crédito aumentarán la morosidad, potencialmente más de tres veces los niveles actuales. Del mismo modo, las pérdidas hipotecarias en los próximos 12 meses podrían ser tan altas como tres veces los niveles actuales. Cuando se suman a las circunstancias específicas de la crisis, estas mayores tasas de cartera vencida “abrumarán las estrategias actuales de riesgo crediticio”, aseguró el directivo.

A corto plazo, los líderes de riesgo “deben tomar medidas de emergencia para garantizar la continuidad y la compasión en la asistencia al cliente”, recomendó el especialista. Más allá de eso, queda mucho trabajo por delante para garantizar que los clientes reciban el apoyo que necesitan, y que los prestamistas puedan continuar cultivando relaciones con sus prestatarios, al tiempo que preservan el valor para los accionistas a largo plazo, mencionó el vocero de Solventium.

La crisis económica inducida por la pandemia vuelve inútiles a las actuales segmentaciones de riesgo de crédito existentes y sus segmentos los vuelve ineficaces, refirió el líder empresarial.

“Los líderes de riesgo crediticio no tienen tiempo que perder: ahora es el momento de formular su respuesta a largo plazo a los cambios estructurales provocados, o acelerados, por la pandemia. Esa respuesta comienza por desarrollar las capacidades fundamentales necesarias para abordar su realidad posterior a la crisis”, alertó el directivo.

Así, dijo que los equipos de riesgo deben evaluar y remodelar cuatro dimensiones centrales de la gestión de la morosidad: segmentación, operaciones de primera línea (particularmente aquellas con trabajadores remotos), canales digitales y alivio de la deuda.

Además, independientemente del nivel de sofisticación de una institución,” para remodelar con éxito sus operaciones, los equipos de riesgo necesitan desarrollar capacidades en agilidad, análisis e infraestructura”, mencionó Shwartz.

Las instituciones que no toman medidas pueden encontrar rápidamente que sus operaciones no pueden apoyar adecuada y eficientemente a sus clientes y no lograrán reducir las pérdidas de crédito. “Es esencial ayudar a los consumidores a navegar la crisis económica más volátil de las últimas décadas”, alertó el especialista en restructuraciones de crédito.