El Hospital General de Zona (HGZ) No. 57 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tiene la única Clínica de Rehabilitación Pulmonar en el país, y ahí fue atendido Carlitos, que en sus primeros 11 años de vida padeció 49 neumonías.
Ha sobrevivido con una serie de limitaciones que prácticamente lo mantuvieron con cuidados extremos, para evitar una crisis por infecciones respiratorias, provocadas por cambios de clima, polvo, humo de tabaco y realizar movimientos físicos leves.
Cuando éstas ocurrían era trasladado de inmediato al servicio de urgencias, donde el diagnóstico era siempre el mismo: neumonía. Ingresaba al hospital por cinco días, y su estadía podía prolongarse hasta por cuatro meses, lo que dependía de la severidad del episodio del síndrome de Kartagener, enfermedad que padecía y afecta seriamente a los pulmones y su función.
Por su estado de gravedad, no podía llevar una vida como cualquier otro niño de su edad, y tenía que vivir encerrado en su cuarto, donde la limpieza era exagerada y siempre usaba un cubre bocas. No acudía a la escuela ni salía a jugar, y mucho menos tenía una mascota. Pero sí contaba con un cúmulo de medicamentos y un tanque de oxígeno.
Carlos Emmanuel Díaz Guillén nació de cinco meses y medio, con un peso de 650 gramos, y por su condición prematura estuvo internado tres meses y medio en el Centro Médico Nacional “La Raza”. Cuando lo dieron de alta pesaba un kilo con 800 gramos.
Su mamá, la señora Yarith Guillén Perea, recibió a su hijo con una lista de recomendaciones médicas y un tanque de oxígeno portátil para que pudiera sobrevivir en los primeros años de vida.
Pensaba que los problemas pulmonares que padecía su hijo se debían a que estuvo entubado cuando nació, pero le informaron que padecía el síndrome de Kartagener, trastorno congénito que afecta a la estructura de cilios y flagelos de los pulmones, y se caracteriza por infecciones crónicas de las vías respiratorias.
Se manifiesta clínicamente por variados síntomas: bronquitis obstructiva recurrente y neumonía a repetición, entre otros. No es muy frecuente, de hecho es muy rara, con una prevalencia de aproximadamente uno entre cada 16 mil nacidos vivos.
A mediados del 2018, después de pasar otra neumonía más, Carlitos, ya con 12 años de edad, se integró a la Clínica de Rehabilitación Pulmonar, en el Estado de México.
Después de una valoración médica y conocer el historial clínico del paciente, el médico internista, Carlos Ángeles Cruz, lo incluyó al grupo de la Técnico en Terapia Respiratoria, Gabriela Mancilla Medina, para iniciar la terapia, que en servicio privado le costaría alrededor de mil pesos por sesión.
Dicha terapia se basa en técnicas sobre cómo respirar correctamente, aprender a sacar las secreciones, a inhalar y exhalar, a fortalecer la capacidad pulmonar y ejercicios diversos que coadyuvan a tonificar la respiración sin ayuda del oxígeno.
Por la constancia y disciplina, Carlitos dejó a un lado el tanque de oxígeno. Con las técnicas adecuadas ha aprendido a usar los aditamentos para extraer las flemas, lo que le ha permitido tener un gran avance en su recuperación. Gracias a la terapia de rehabilitación pulmonar, actualmente puede andar en bicicleta y practicar taekwondo, en entrenamientos de dos horas. “¡Mamá ya puedo gritar! ¡Mamá ya puedo correr! ¡Mamá ya puedo saltar!”, exclama.
