La canícula es un periodo de 40 días en los que se espera calor extremo, principalmente en norte, sur, sureste y algunas zonas del centro del país, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). Esta temporada facilita el desarrollo de diarreas, convirtiéndola en un problema de salud que si no se trata adecuadamente puede complicarse y ocasionar la muerte.
Durante esta temporada, donde los termómetros marcan más de 40 grados en algunos estados de la República, los casos de diarrea aumentan en más de un 30% sobre todo en la población infantil menor de 5 años, señaló el Dr. Federico Javier Ortiz Ibarra, infectólogo pediatra del Grupo Ángeles.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), a nivel global las enfermedades diarreicas son la segunda causa de muerte en niños menores de cinco años y ocasionan 760 mil muertes anuales en este grupo de edad1.
Entre los factores que originan la diarrea infecciosa en esta temporada, están el manejo inadecuado de alimentos y bebidas con contaminación microbiana, los inadecuados hábitos higiénicos, entre otros. Los alimentos que se consumen en la calle, como los antojitos, no siempre están elaborados con la mejor higiene, y por la ausencia de refrigeración entran más fácilmente en proceso de descomposición convirtiéndose en un factor de riesgo para el desarrollo de diarrea.
La diarrea es un mecanismo de defensa del intestino ante un agente agresor, la mayoría de las veces es de tipo infeccioso y se define como la disminución en la consistencia y aumento en la frecuencia de las evacuaciones (más de 3 al día), se considera diarrea aguda cuando la duración es menor o igual a 14 días, agregó el especialista.
La principal complicación de la diarrea, primordialmente en los niños, es la deshidratación, una condición peligrosa que se convierte en una situación de cuidado. Durante un episodio de diarrea, en las heces líquidas y vómitos se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato). Cuando estas pérdidas no se restituyen, se produce deshidratación, aseveró el Dr. Ortiz.
Entre los signos y síntomas de la deshidratación destacan piel seca, letargo, ojos hundidos, labios secos, llanto sin lágrimas, fontanela hundida (mollera hundida), irritabilidad, pulso débil o impalpable, ausencia o disminución de la orina.
El tratamiento
La rehidratación oral es la piedra angular para evitar la deshidratación y con ella la mortalidad infantil por diarrea aguda a nivel global. Además, es recomendable el uso de una terapia combinada, porque como se dice: “Dos son mejor que uno”, ya que no solo es importante escapar de la diarrea sino también prevenir la deshidratación.
Se debe utilizar una combinación de una terapia de rehidratación oral a base de electrolitos, además de un complemento como Tego (Tanato de gelatina) que tiene propiedades antidiarréicas y astringentes que forman una capa protectora en la mucosa intestinal inhibiendo la adhesión de bacterias sobre la pared intestinal, y utilizar en conjunto un antidiarréico antiséptico intestinal con acción antibacteriana local, como Eskapar (nifluroxazida) para que juntos combatan eficazmente al padecimiento y sus repercusiones.
Por eso ante los constantes reportes meteorológicos que indican el aumento de calor y la probabilidad de lluvias se exhorta a la población a tomar medidas preventivas, acudir con el médico, seguir las indicaciones, tomar el tratamiento prescrito para controlarla y disminuir las complicaciones”, finalizó el especialista.