Conoce el lado obscuro de las metas de desempeño en las empresas

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Para incrementar la productividad laboral, 42% de las empresas mexicanas implementan agresivas políticas de incentivos que ahora, paradójicamente, inciden en 28% de los fraudes empresariales dice Alejandro Desfassiaux, autor del libro Cómo poner un alto a la inseguridad en México.
“El plan de incentivos mal elaborado, con metas inalcanzables o falaces, deja de ser un factor de motivación y se convierte en extorsión”, refiere el también presidente fundador del Consejo Nacional de Seguridad Privada.
Aunque a priori se asume que cualquier colaborador aumentará su desempeño si de esto depende una mejora económica, no siempre ocurre esto. Muchas veces, al fijar las metas irreales de desempeño no sólo se deja claro una recompensa económica, sino aparece la tácita amenaza de perder el empleo. Se trata de un factor de control y amenaza, no del afán de incrementar la productividad.
“En ese caso, el incentivo y la motivación se convierten en miedo e incertidumbre, y en ocasiones empujan a una parte del personal a actitudes antiéticas como el falseamiento o alteración de datos, planillas apócrifas o cuando menos genera ineficiencia y desestructura al equipo laboral”, refiere Desfassiaux.
El experto en seguridad ejemplifica: en la banca comercial se solicita que los empleados alcancen cierto número de apertura de cuentas de manera mensual. En ocasiones la meta es muy elevada, pero al rebasar la cifra solicitada se recibirán atractivos incentivos. “En el ámbito real ésto provoca estrés continuo en horas laborales y orilla a los empleados a olvidar el trato servicial al cliente con tal de convencerlo de abrir nuevas cuentas”, menciona el autor.
“Cuando las metas a cumplir no son realistas, no están basadas en un conocimiento profundo del área y se desconocen acciones y reacciones del mercado, por ejemplo, la presión/motivación a los empleados por alcanzar presupuestos conllevan a cometer fraudes al vulnerar el concepto de integridad, honestidad y respeto o al avalar la codicia, la manipulación o el engaño”, comenta Desfassiaux.
La gran mayoría de los fraudes actuales se debe a constantes presiones sobre los empleados ejercidos por la gerencia, precisa el experto en seguridad.
Así, conviene que cada área de una empresa esté liderada con una persona que conozca lo suficientemente del área para evitar que se falsee la información, se establezcan metas irrisorias o se vuelvan mesurables procesos no cuantificables.
“Cuando un jefe no sabe objetivos y trascendencia de un trabajo concreto, suele establecer métricas de desempeño engañosas o inalcanzables. El mensaje que subyace en esto es que pueden despedir al colaborar en cualquier momento”, refiere Desfassiaux.
La meta-extorsión es una nueva manera de ejercer el Burnout en el campo laboral. Es una especie de Bullying en el trabajo. Generalmente se emplea en el sector público por jefes incompetentes como una manera de preservar su predominio y privilegios.
En los sectores económicos como banca y finanzas, por ejemplo, es más recurrente respecto a servicios tecnológicos, industrias verdes o Tecnología de la Información, menciona Desfassiaux.
“Sin embargo, cada vez es una figura más extendida en empresas familiares, donde se anteponen simpatías y lazos consanguíneos al desempeño personal. Convendría emular políticas realizadas en el ejército y la milicia, donde el ascenso y los incentivos se establecen sólo con el desempeño y no con decenas de fojas de metas por alcanzar”, concluyó el autor de Cómo poner un alto a la inseguridad en México.