Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).
Tendemos a idealizar la genialidad y el talento. Asumimos que se trata de características fortuitas y predestinadas, que sólo los elegidos pueden estar en el peldaño más alto de la meritocracia, sobre todo en las ciencias.
Los científicos a menudo imaginan a los ganadores del Premio Nobel como genios precoces y solitarios, con carreras que difieren drásticamente de las de sus colegas menos condecorados. Algunas pruebas apoyan esta idea: Einstein, por ejemplo, tenía 26 años cuando formuló la teoría de la relatividad.
¿Hay grandes diferencias entre las carreras de los genios y la de los simples mortales? Los premios Nobel de ciencias demuestra que no son, como grupo, tan precoces ni tan independientes como imaginamos.
Muchos estudios existentes de las carreras de los Nobelistas se centran estrictamente en los artículos ganadores del Premio. Pero con una visión más amplia, los investigadores encontraron evidencia de que los premios Nobel se parecen más a otros científicos de lo que normalmente imaginamos. Hacen contribuciones importantes a lo largo de sus carreras, no solo cuando son jóvenes, y tienden a asociarse con más colaboradores que sus compañeros, en general.
Esto echa por tierra la mítica visión romántica de los genios solitarios, raros, precoces y ensimismados.
Aunque muchos asumen que los jóvenes científicos son más innovadores que sus colegas mayores, éstos tienen un profundo conocimiento y años de práctica en la resolución de problemas complejos.
Diferentes estudios muestran que un científico es igualmente propenso a tener un artículo de éxito en cualquier momento de su carrera.
Los premios Nobel en física, química y medicina desde 1900 hasta 2016, publicaron temprano los artículos que después les concederían el Premio Nobel pero con los artículos ganadores del Premio eliminados, el patrón de tempranía desapareció. Como grupo, las carreras de los Nobel se parecían a las de todos los demás, y los documentos más importantes ocurrían al azar a lo largo de sus carreras.
Pero ¿por qué los nobelistas tienden a producir sus obras ganadoras de premios al principio de sus carreras?
Es posible que los comités que otorgan premios Nobel, y las normas que rodean el Premio, favorezcan los documentos de los científicos de carrera temprana. Al publicar el artículo más importante como científico de carrera temprana, se tiene más tiempo para obtener el reconocimiento, pero publicarlo a finales de los 80, es menos probable que se viva para obtener el Nobel.
En otras palabras, los científicos que publican su trabajo más influyente desde el principio se dan inadvertidamente más tiempo, y por lo tanto más oportunidad, para ganar.
Ahora, aunque los pensadores solitarios y los equipos pequeños tienen más probabilidades de tener un impacto disruptivo, también se encuentran que muchas contribuciones vitales surgen de colaboraciones grandes e interinstitucionales.
En suma: no hay estereotipos de la genialidad y la obtención del reconocimiento no muestra patrones contundentes de éxito.