Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)
Los líderes empresariales de todos los sectores tienen la oportunidad de mejorar el desempeño económico y reforzar el bienestar individual y comunitario a través de inversiones que incorporen la equidad en el proceso de desarrollo. Esto es una prioridad económica.
Actualmente, la desigualdad afecta desproporcionadamente a las minorías étnicas, a las mujeres y personas con menos capacidad física, así como a los habitantes de ciertas geografías. Solamente si se lograra liberar el potencial económico de las mujeres en la fuerza laboral en los próximos años, se podrían añadir 2.1 billones de dólares en PIB para 2025 sólo es Estados Unidos.
Así, para lograr un crecimiento a largo plazo, sostenible e inclusivo, los líderes del sector público, privado y social deben trabajar juntos para incorporar la equidad en el proceso de desarrollo.
Además, las investigaciones muestran que a medida que los niveles de vida y la movilidad social se estancan, muchas poblaciones caen en un círculo vicioso de subdesarrollo que amenaza el crecimiento a largo plazo para todos, pues las familias y las comunidades no pueden hacer inversiones en sus hijos y en sus entornos físicos y sociales, se crean barreras para el desarrollo humano y se impide el acceso a las oportunidades.
Ahora, al trabajar en estrecha colaboración con los gobiernos estatales y locales, los líderes del sector privado y cívicos, así como las comunidades de todo el país, logran desarrollar un enfoque que reúne conocimientos técnicos, percepciones y mentalidades adaptativas. Se logra entonces la participación de la comunidad para alterar dinámicas adversas y crear entornos más inclusivos.
Es importante destacar que los líderes no solo se basen en las realidades actuales, sino también consideren el rico contexto histórico de las comunidades. Esto para apreciar plenamente la profundidad y las complejidades de los desafíos que se enfrentan.
Finalmente, alinear a los líderes del sector público, privado y social en una aspiración audaz y medible que esté anclada en los hechos y los activos de la comunidad. También proporciona una guía para trazar metas, generar intervenciones y permitir inversiones medibles.
El primer paso en el diseño de intervenciones integrales es identificar las barreras y oportunidades de impacto.
Asimismo, se debe considerar la implementación de infraestructura crítica para ayudar a mantener el progreso y lograr resultados económicos inclusivos a lo largo del tiempo. Por ejemplo, considerar invertir en sistemas de monitoreo y evaluación que recopilen retroalimentación, lanzar iniciativas piloto para ayudar a establecer pruebas de concepto y establecer formas de involucrar significativamente a las partes para informar las acciones y refinamientos. Además, es importante que los líderes comuniquen continua y transparentemente el progreso con las comunidades y cambien de rumbo según sea necesario.
En sí, los líderes del sector público, privado y social pueden generar los cambios que ayuden a varios grupos demográficos a superar las barreras que les han impedido participar plenamente en una economía que beneficia a todos
Lograr cambios trascendentales que incrementen la riqueza de las comunidades implica una participación plena de distintos actores con los miembros de las comunidades o sectores marginados. La suma de actores y la contribución que cada uno de ellos tenga en una sociedad, será la punta de lanza para realidades más promisorias y ricas. Y en este proceso de inclusión para detonar potencial y riqueza ssocial, las universidades y centros de estudios tienen un rol fundamental como agentes de cambio.