CONTEXTOS/ Mejorar la educación superior

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Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC).

Para mejorar la eficiencia y calidad de la educación superior se requiere cumplir con éstos factores.

  1. Elevar la calidad de la educación para que los estudiantes mejoren su nivel de logro educativo, cuenten con medios para tener acceso a un mayor bienestar y contribuyan al desarrollo nacional.
  2. Aumentar la cobertura de la educación superior y diversificar la oferta educativa. Fortalecer la educación superior en cada entidad federativa, de acuerdo con las prioridades establecidas por sus planes de desarrollo.
  3. Desarrollar aplicaciones de las tecnologías de la información y la comunicación para mejorar la gestión y control escolar, y articularlos con los instrumentos de planeación, estadística y los indicadores de desempeño en todos los ámbitos del sistema educativo, desde las escuelas hasta las instancias de coordinación en las entidades federativas y en el nivel central.
  4. Ofrecer una educación integra que equilibre la formación en valores ciudadanos, el desarrollo de las competencias y la adquisición de conocimientos a través de las actividades.
  5. Ofrecer servicios educativos de calidad para formar personas con alto sentido de responsabilidad social, que participen de manera productiva y competitiva en el mercado laboral.
  6. Fomentar una gestión escolar e institucional que fortalezca la participación de los centros escolares en la toma de decisiones, corresponsabilice a los diferentes actores sociales y educativos y promueva la seguridad de alumnos y profesores, además de la transparencia y rendición de cuentas.

En este momento, para alcanzar las metas educativas, la educación superior requiere que se trace un plan para cambiar o rectificar una situación existente, tarea que comprende las fases de la intención particular de cada persona de actuar, estipular previamente los resultados que se requieren obtener y la inversión de esfuerzos en conjunto de líderes y comunidad para que democráticamente se alcancen las metas.

El incremento y complejidad de los problemas que este giro promueve es quizá más perceptible en la educación superior, debido al cambio de estructuras sociales, entre los cuales la globalización conforma un aspecto importante.

La educación superior, por si misma, propone cambios internos radicales ante el incremento de alumnos, profesores y administrativos.

Además, el alumno recién egresado es quien se enfrenta precisamente a los nuevos retos de la oferta y la demanda, encarando grandes problemas, tales como elegir, analizar y emplear la información, investigar y generar procesos y técnicas innovando las existentes que hacen evidentes la necesidad de un aprendizaje distinto y permanente.

Vale mencionar, asimismo, que la educación en todos los niveles tiene como principal objetivo la preparación del individuo, orientada a su desarrollo como persona, como integrante de una sociedad. Por tanto, lo ideal sería proporcionarle los elementos necesarios para ello.

Finalmente, vale remarcar que los desafíos de la educación superior varían según los actores interesados: el gobierno al tratar de mejorar sus políticas, la comunidad científica y su afán de innovación, los estudiantes en su preparación, las empresas con el objetivo de mantenerse en el mercado, y la sociedad en espera de un mundo mejor.