CONTEXTOS/ Retos de la educación superior

0
428

Por Teófilo Benítez Granados, Rector del Centro de Estudios Profesionales en Ciencias Jurídicas y Criminológicas (CESCIJUC)

En México, el sistema de enseñanza superior incluye licenciaturas, especialización, maestrías y doctorados y se compone de universidades públicas o privadas, institutos tecnológicos y escuelas normales superiores.

Así que, de forma genérica, son las instituciones de educación superior quienes desempeñan la función de formar profesionistas destinados a investigar las distintas necesidades de la sociedad, proponer las soluciones para tales necesidades y hacer diagnósticos de distintos escenarios.

Este grupo conformado por estudiantes y egresados se encarga también de fomentar la investigación básica y aplicada, la difusión y extensión de la cultura y vincular al sector social con el productivo.

Las naciones desarrolladas fincan su ascenso en una actividad productiva que va a la cabeza de la tecnología. Deja a otros grupos el ejercicio laboral básico que no requiere una formación tan especializada.

Ahora, el camino para los pueblos menos desarrollados es el de fortalecer su sistema de educación superior, y a partir de las instituciones que la componen fincar sus expectativas en el desarrollo y transformación. No obstante, dichas expectativas no pueden realizarse si las instituciones de educación superior no son capaces de revisar periódicamente y de manera crítica sus estrategias de acción. Esto para poder responder de la manera más adecuada a los cambios acelerados que viven las sociedades.

Sin embargo, el problema es multifactorial. Se entiende que a las instituciones de educación superior no les corresponde resolver todos los desafíos de una sociedad.

La carga para revertir la pobreza, el desempleo, las enfermedades, la seguridad, la exclusión social y otros, debe dirigirse y coordinarse por el Estado. A este proyecto debe sumarse el sector empresarial, la sociedad civil y si, también las instituciones de educación superior, pero ellas no deben percibirse como las únicas a emprender este reto.

Cada universidad debe presentar un foro de análisis y de discusión de cada problema particular, de acuerdo con el área de su especialización, luego las conclusiones deben darse a los órganos de gobierno, para que con oído atento y humildad epistemológica, tomen en cuenta la opinión de los expertos.

Hoy las instituciones de educación superior enfrentan graves desafíos, que son de sima trascendencia para la vida nacional, pues según al camino educativo que se transite, habrá invidencia en el desarrollo de un país. Es sabido que el desarrollo de la ciencia y tecnología encuentra uno de sus motores fundamentales en las instituciones de educación superior.

El acceso y permanencia de un sistema educativo de calidad, asimismo, permiten el desarrollo profesional del individuo, lo que a su vez promueve el desarrollo económico de una familia y de un sector productivo determinado.

Al final, la sima de virtudes en el conocimiento que se trasladan a la creatividad productiva genera un mejor país. En tal sentido, el estudi de los desafíos que enfrenta la educación superior se presenta como fundamental. Así no debe perderse el tiempo en ejercicios de corrupción, sstenimiento de intereses creados, discusiones dominadas por pasiones burocráticas.