CONTRAFILO
Por José García Segura
El virus mortal atacó salvajemente a los jefes militares de México, al
Comandante Supremo y al Zar anticovid entre otros integrantes del
gobierno federal justo cuando las autoridades de salud reportaban
cerca de 183 mil muertes y poco más de 2 millones de contagios.
Hugo López-Gatell, encargado de poner fin a la “enfermedad del siglo”,
por ejemplo, requiere oxígeno suplementario para salvar su vida.
Según reporte, el alto funcionario presentó “una disminución leve en
sus niveles de oxigenación”.
Fuentes castrenses informaron que el almirante secretario de
Marina-Armada de México y el general secretario de la Defensa Nacional
dieron positivo a covid.
El reporte alcanzó al Presidente de la Republica.
Ninguno de los contagiados atendió las indicaciones de la Organización
Mundial de la Salud (uso de cubre bocas, sana distancia, aislamiento,
confinamiento)
Es de todo conocido que el mortal virus obligó al mundo a cerrar
escuelas, industrias y comercios; a cerrar centros de diversiones; a
cancelar eventos y, en general, a la paralización de las economías.
Previo al covid, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) advertía para la región “bajo crecimiento económico” y
“conflictos sociales crecientes”.
Doce meses después la situación se volvió cada vez más preocupante.
La CEPAL prevé recesión, caída del comercio, el turismo y las remesas
en los años por venir.
En suma: desempleo y por lo mismo, “pobreza y
desigualdad”, mayormente en las personas mayores de 60 años, niños,
jóvenes, mujeres, pueblos indígenas y, afro descendientes.
Reorientar los presupuestos públicos “será insuficiente”, señala.
La OCDE ubica a España y Francia como las economías más afectada por el virus.
Ambas economías europeas extremaron sus medidas de prevención y
obtuvieron buenos resultados.
México se mueve, desde hace un año, como badajo de campana, sólo que
sin dirección.
Su política anti covid es al “ay se va”