La Comisión de Derechos de la Niñez analiza iniciativa de la diputada Lorena Corona Valdés (PVEM), en la cual plantea establecer medidas para prevenir el suicidio de niñas, niños y adolescentes, y lograr detección temprana del riesgo, toda vez que este fenómeno es la segunda causa de muerte entre esta población.
La legisladora propone reformar el artículo 50 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, con el objetivo de que las autoridades federales, estales y municipales, en el ámbito de sus respectivas competencias, generen acciones encaminadas a la disminución de la conducta suicida.
“Esta reforma resulta imprescindible, ya que en México el suicidio en adolescentes presenta una tendencia creciente, por lo que desde el Poder Legislativo estamos obligados a emprender medidas que ayuden a prevenir la conducta suicida en nuestra niñez”, explicó.
Aclaró que el suicidio es un fenómeno complejo, debido a que influyen diversos factores de riesgo, como biológicos, psicológicos, sociales, culturales y ambientales; puede ser predecible, a través de los elementos de la conducta suicida (ideación, planeación e intento), por tanto “son prevenibles”; para ello, destaca, es necesario una estrategia integral multisectorial de prevención.
Corona Valdés sostuvo que aproximadamente 90 por ciento de quienes han puesto fin a su vida suicidándose tenían un trastorno mental y 60 por ciento estaba deprimido al momento de quitarse la vida.
Refirió que la adolescencia es una etapa vulnerable, en la que se presentan cambios emocionales, físicos, sexuales y sociales. Además, en esta fase se experimentan fuertes sentimientos de estrés, confusión y presión para lograr el éxito, entre otros; para algunos menores, el suicidio es una aparente solución a sus problemas.
Explicó que entre los factores detonantes de la conducta suicida de los menores se encuentran: acontecimientos dolorosos, como el divorcio de los padres, la pérdida de un ser querido, el abandono; trastornos psiquiátricos, agresividad, impulsividad, dificultad para solucionar problemas; abuso sexual, físico o victimización escolar; bullying y ciberbullying.
Al respecto, continuó, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señaló que el suicidio es un problema complejo, por lo que las actividades de prevención exigen la coordinación y colaboración de múltiples sectores de la sociedad.
La legislatura, insistió, en que la prevención del suicidio requiere la intervención de sectores distintos a los de la salud y exige un enfoque innovador e integral; de ahí la importancia de reformar este ordenamiento.