Crianza de codorniz, de pasatiempo a plan de vida

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Lo que comenzó como un pasatiempo para su padre, se convirtió en un proyecto de vida para Agustín Cruztitla Torres, originario del pueblo San Lucas Xochimanca, Xochimilco.

Hace dos años cuando su padre se jubiló decidió iniciar en la crianza de codorniz como una terapia ocupacional.

“Comenzamos a comercializar, en un principio, con nuestros familiares, vecinos y conocidos de Xochimilco. Estos, a su vez, nos fueron recomendando y el negocio creció”, señala Agustín quien asegura que la carne gustaba tanto que los vecinos de otros pueblos o barrios, comenzaron a buscarlos para adquirir sus productos de codorniz.

Con la pandemia por COVID-19 decidieron anunciarse a través de las redes sociales. Actualmente, en promedio producen mil codornices al mes.

A través de medios digitales ofrecen una alternativa alimenticia y novedosa, pero sobre todo saludable y con excelente sabor. Además, exhiben recetas de algunos platillos como huevos en escabeche, banderillas, caldo de codorniz o carne asada acompañada con nopales y cebollitas.

El productor comenta que la carne de codorniz es un tipo de carne magra, es decir, con altos niveles de proteína, baja en grasas, no contiene colesterol y está libre de azúcares y carbohidratos.

Según la creencia popular, los huevos de codorniz previenen el cáncer de próstata y evitan la desnutrición.

De igual forma, el excremento denominado codornoza, se emplea como abono orgánico para flores y plantas.

Hoy don Agustín dice con orgullo: “lo que mi padre arrancó como un pasatiempo, hoy es un negocio familiar que de la mano con las redes sociales se va expandiendo en Xochimilco. Nuestra meta es llegar a otros lugares del país y demostrar que es una excelente alternativa alimenticia.