“Les pido por favor unas palmas para la Palma”, afirmó la secretaria del Medio Ambiente capitalino, Marina Robles, quien encabezó la ceremonia de despedida de la icónica Palma de Avenida Reforma que el domingo comenzó su proceso de desmontaje.
En su intervención, la funcionaria federal despidió y agradeció a la Palma de la Glorieta, por ser una amiga, compañera y cómplice de la vida para miles de capitalinos.
Fue la que vivió los festejos del fútbol, fue el centro de los encuentros de los jóvenes y fue el punto “para ubicarnos en la vertiginosa ciudad. Los ciclos de la vida representan oportunidades para mejorarla y rendirle tributo a la naturaleza”.
Agregó que ahora su lugar lo ocupará una heredera que elegirán los capitalinos la próxima semana.
En su intervención el investigador del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas, y Pecuarias, Héctor Benavides Meza, explicó que la Palma cumplió su ciclo de vida, y como un organismo senil y grande, ya no es resistente a los factores como los hongos, virus y bacterias.
“La palmera cumple un ciclo de vida, probablemente fue plantada en la primera década del siglo XX y llega a su fin”, dijo.
Agregó que este día debe prevalecer el mensaje de hacer conciencia entre los ciudadanos al señalar que los árboles, aunque son seres vivos y parezcan ser fuertes, se tiene que cuidar, atender y proteger para que duren el mayor número de años.
“Quiero invitarlos a que como ciudadanos, lo hagamos en beneficio del arbolado urbano para prolongar su vida. Toro organismo cumple un ciclo de vida, tarde o temprano iba a suceder su muerte, pero en este caso tenemos que buscar los medios para protegerlos”, enfatizó.
Desde hace varios días, cientos de capitalinos han acudido a dar el adiós al organismo viviente que fue mudo testigo del desfile de muchos presidentes, marchas de justicia, marchas de la victoria y ser el punto de referencia para miles de capitalinos.
