EDIFICIOS CERRADOS CONTRIBUYEN EN LA TASA DE CONTAGIO POR COVID-19

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Los edificios denominados enfermos, porque existe una mala circulación del aire, ocasionan que se incrementen los contagios por COVID-19, al registrarse una exposición continua al virus a través de aerosoles y gotículas que exhalan personas sintomáticas o asintomáticas por más de cuatro horas, particularmente en reuniones sociales y familiares, afirmó el investigador del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Juan José Hurtado Moreno.

El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, ha manifestado que con la pandemia por COVID-19, en el futuro el enfoque pedagógico que pervivirá será un modelo híbrido, donde convivirán la educación a distancia con la educación presencial y donde la higiene, la sana distancia, el uso adecuado del cubrebocas y la utilización de espacios abiertos serán prioritarios en el proceso educativo.

El Director General del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, ha expresado que la lección que ha dejado la pandemia por COVID-19 es que adaptarnos a los cambios del entorno es fundamental, para superar los retos que impone la pandemia originada por el SARS-CoV-2, la cual ha resultado ser una dura prueba para gobiernos, instituciones y sociedades.

Al dictar la conferencia Edificios Enfermos en el Futuro de las Ciudades Sustentables, el profesor e investigador de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería y Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA), subrayó que para evitar los contagios por COVID-19 y otras enfermedades respiratorias, se deben implementar sistemas que renueven el ambiente viciado con aire que provenga del exterior en los edificios y casas habitación. “Si en una habitación conviven seis personas sin cubrebocas, sin mascarilla y sin ventilación, y una de ellas tiene el virus, pasadas cuatro horas se contagiarán las otras cinco”.

El Maestro en Ingeniería advirtió que las gotículas que se expulsan al hablar o respirar son superiores a las 300 micras, por lo que caen al suelo en segundos, pero los aerosoles que salen con ellas son partículas inferiores a 100 micras de diámetro y si no existe una adecuada ventilación pueden acumularse en suspensión y condensarse a medida que pasa el tiempo.

Hurtado Moreno aclaró que el Síndrome del Edificio Enfermo se refiere a las circunstancias internas o externas que afectan la salud de las personas, ya sea de manera temporal o permanente, en virtud de que presentan síntomas como congestión nasal, comezón en la garganta o en el cuerpo, náuseas y enrojecimiento de ojos, entre otros padecimientos.

Finalmente, el especialista del IPN comentó que entre las características que se consideran para que un edificio sea considerado como sano y no provoque afecciones al ser humano, se encuentran: Los materiales de construcción, control de gases y vapores, humedad y calidad de iluminación. “En todos los casos se debe hacer una evaluación para realizar un diagnóstico y proponer soluciones”, concluyó.