El mundo superó el domingo los 16 millones de contagios confirmados de COVID-19, la mitad de ellos en el continente americano. Desde principios de julio, los contagios confirmados han aumentado vertiginosamente y ya superan los 5 millones de nuevos casos, es decir, casi un tercio del total contabilizado desde diciembre.
Además, la pandemia deja también más de 645 mil muertos y múltiples consecuencias económicas y sociales.
En Estados Unidos, el país más enlutado, donde ya hay más de 146 mil fallecidos y más de cuatro millones de contagios, la epidemia no cede y las regiones más golpeadas son los estados del sur y oeste del país, entre ellos Texas, que desde este domingo hace frente también a la tormenta tropical Hanna.
En América Latina y el Caribe, donde los casos superan los 4.2 millones y los muertos rozan los 180 mil, Brasil concentra 2.4 millones de esos contagios y más de 86 mil decesos. Pero ha sido India, el segundo país más poblado del mundo, donde más casos se han reportado de coronavirus y se colocó este mes como el tercero con más contagios, con 1.4 millones.
En Europa, continente que supera los tres millones de contagios y 207 mil muertos, la situación también despierta preocupación. En España y Francia, dos de los países más golpeados, la carga viral está “en aumento”, según las autoridades sanitarias.
Y prueba de que ninguna nación escapa a la maldición del virus es el caso de Corea del Norte, el país más aislado del mundo, que el sábado reportó el primer caso de COVID.
“Parece que el vicioso virus ha entrado en el país”, afirmó el dirigente norcoreano Kim Jong Un, según la agencia de noticias oficial KCNA.
La agencia explicó que las sospechas se dirigen hacia una persona que había huido del país hace tres años y “regresó el 19 de julio, tras cruzar ilegalmente” y probablemente nadando, la separación entre las dos Coreas.
El líder de Pyongyang tomó “medidas de emergencia” y confinó la ciudad de Kaesong, en la frontera entre las dos Coreas, donde habría sido localizado este hombre.
La situación podría conducir a una “catástrofe”, aseguró la KCNA, ya que la infraestructura del sistema sanitario norcoreano es muy deficiente para afrontar una epidemia de esta magnitud.