CONTRAFILO
Por José García Segura
Revocación de mandato el 22 de marzo de 2022, claro, si la pandemia por coronavirus lo permite.
En los comicios del año entrante participarían 13 partidos (seis de ellos de reciente creación), para renovar gubernaturas en media República, la Cámara de Diputados federal, congresos de los estados y presidencias municipales.
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) recomienda la presencia de solo dos: el de los liberales y el de los conservadores.
En asomo a las pancartas exhibidas por congresistas de MORENA luego de reformar la constitución (“El pueblo pone, el pueblo quita”) AMLO sería el primer presidente sujeto a esa votación.
Reiteradamente, Obrador planteó la posibilidad de adelantar la revocación a las elecciones intermedias pero los partidos de oposición dijeron no debido a que incluir al mandatario en la misma boleta seria como dar vía libre a los morenistas.
Ni el jefe del Ejecutivo ni los congresistas podrían solicitar la revocación; solo los electores, a través del INE.
Deje le cuento que la revocación de mandato va aparejada a la Consulta Popular y que la lucha por el poder se inclinó la semana anterior en favor de MORENA y sus aliados, justo cuando el senador Ramón Enríquez Herrera, de Durango, abandonó Movimiento Ciudadano (MC) para unirse al partido gobernante con la esperanza de que lo conviertan en gobernador.
El bloque opositor se prepara para sumar al partido México Libre, de Felipe Calderón y al partido Alianza, del ex priista Cesar Augusto Santiago.
El primer round será el domingo 6 de junio de 2021.
Mientras llega la hora, López Obrador dio cuenta de “un plan” para derrocarlo denominado Bloque Amplio Opositor (BOA) el cual ha sido objeto de chunga en los más amplios sectores de la sociedad.
Desde su punto de vista, “es legítimo” que la oposición quiera sacarlo de Palacio Nacional” pero que no ningunee la investidura presidencial “con politiquería”.
Para los oposicionistas, el BOA presidencial no es más que imaginación del mandatario.
Decía el presidente del INE que en México las elecciones no son un problema.
Lo serán si el coronavirus se queda en casa.
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