Por Mariana Morán, Género A.C (ELIGE)
Anteriormente, la contribución femenina no era reconocida ni remunerada en una empresa familiar. Simplemente se les limitaba a ser quienes mantenían a la familia unida, como mediadora de conflictos, pero sin tener una función visible ni institucional.
Sin embargo, las nuevas generaciones reclaman su lugar en la estructura empresarial con posiciones cada vez más relevantes para el negocio. Aunque aún persisten los sesgos inconscientes cuando se piensa en la persona que asumirá la Dirección General, la meritocracia tiene gradualmente mayor relevancia cuando se elige al mejor candidato para la sucesión.
En algunas ocasiones, ser las hijas, esposas o madres de los directivos de una empresa familiar les impide ser vistas con seriedad en el negocio o que sus opiniones no se tomen en cuenta para decisiones de negocio.
Pero atributos considerados como femeninos, tales como lealtad, intuición, preocupación por las necesidades de otros y conciliación de conflictos, reflejan un estilo de liderazgo holístico benéfico para las empresas familiares. Incluso, tales características pueden representar una ventaja competitiva para el negocio.
Tan es así que en empresas típicamente masculinas ya existe mayor participación de mujeres en el consejo de administración y puestos directivos y gerenciales en industrias y sectores como la manufactura, procesamiento de residuos, cemento y fabricación de hardware, por ejemplo.
Ahora, aunque las mujeres superan ciertas barreras y se ganan el respeto y confianza de su familia gracias a su experiencia, dedicación y habilidades, aún existen empresas familiares que se reúsan a dar estas oportunidades a las mujeres. Esto, pese a que la participación femenina en puestos de liderazgo y en el Consejo generan mejor desempeño por una mayor efectividad en la gobernanza corporativa.
La participación femenina en posiciones de liderazgo, asimismo, fortalece la resiliencia corporativa, la cual es especialmente necesaria en momentos de transformación y evolución como el que se vive actualmente, ya que las mujeres tienden a alentar las nuevas ideas e identificar oportunidades.
Sin embargo, esta ventaja pudiera ser desaprovechada en empresas familiares donde la falta de apoyo y el escepticismo de padres, hermanos y otros familiares impide o desalienta la participación femenina.
Renovar creencias y tradiciones que perdieron vigencia en la actualidad, sin duda beneficiará a las empresas familiares, que están en manos de nuevas generaciones, compuestas por hombres y mujeres con las mismas oportunidades de desarrollo profesional y liderazgo.