ELIGE / Pobreza ancestral

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Por Mariana Morán, Presidenta de Equidad, Libertad y Género (ELIGE) A.C

Los indígenas en México representan la población más pobre, desprotegida y discriminada, pese a que representan el 10% de la población total, es decir, 11 millones de habitantes.

No obstante su alta representatividad, es un sector que presenta la menor movilidad social y falta de oportunidades de empleo y progreso en general.

En México, nueve de cada 10 municipios indígenas tuvieron a más de 60% de su población en situación de pobreza en el 2020.

Aldama, Chanal, Chalchihuitán y San Juan Cancuc en Chiapas, así como San Simón Zahuatlán en Oaxaca, son localidades indígenas donde más de 98% de su población se encuentra en situación de pobreza. Desde hace una década, esas alcaldías se mantienen en condiciones de pobreza.

Según la Medición de la pobreza en los municipios de México 2020 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), estas localidades se mantuvieron, desde hace 10 años (2010-2020), como los lugares con el mayor porcentaje de población en situación de pobreza.

En tanto, el Coneval destacó que el grupo de 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza comparte algunas características en común, como su localización en zonas altas y serranas del sur del país y la mayoría de su población se dedica a las actividades del sector primario como la producción agrícola, pecuaria, pesquera, silvícola y minería.

Además de que seis de cada 10 personas residieron en localidades con accesibilidad a carretera pavimentada de baja o muy baja calidad. Chenalhó (Chiapas) y Cochoapa el Grande (Guerrero) presentan alta dispersión de localidades.

Por otro lado, de acuerdo con los resultados de la Medición de pobreza del Coneval, en los 15 municipios con mayor porcentaje de población en situación de pobreza extrema se localizaron en las entidades de Oaxaca (12), Chiapas (2) y Guerrero (1). Todos ellos municipios indígenas

El documento añadió que dichas localidades, en su mayoría, se ubicaron en zonas de complejo acceso, y dificultades para llegar a carreteras pavimentadas.

Sólo 5% o menos de la población de 527 municipios indígenas, no viven en situación de pobreza.

En las políticas de desarrollo social deben generarse condiciones que permitan la inclusión de la población indígena en actividades económicas diferentes a las del sector primario. Ello implicará elevar el nivel educativo de los municipios indígenas y crear fuentes de trabjo alternas, además de inversiones en infraestructura que permitan el comercio e intercambio de bienes y mercancías.

En la medida que se apueste por desarrollar las localidades indígeneas, no sólo se incrementará la riqueza económica del país, sino que fortaleceros nuestra esencia, raíces e historia.

En la longeva e inacabada lucha por la igualdad de oportunidades e inclusión para generar desarrollo y oportunidades, existe un rezago antiquísimo con la población indígena. El odioso sistema de castas que prevaleció durante la época colonial no acaba aún. Se arraiga tristemente y se normalizan las asimetrías. Urge cambiar la polarización social que priva ahora.