ELIGE/ Retroceso de la mujer en el trabajo

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Por Mariana Morán, Presidenta de Equidad, Libertad y Género, A.C (ELIGE)

La pandemia de Covid-19 visibilizó asimetrías ancestrales como la falta de espacios y oportunidades de la mujer en el trabajo.

La pandemia tuvo un efecto casi inmediato en el empleo de las mujeres. Una de cada cuatro considera abandonar la fuerza laboral o cambiar sus carreras frente a uno de cada cinco hombres. Si bien todas las mujeres se vieron afectadas, tres grupos principales experimentan algunos de los mayores desafíos: las madres trabajadoras, las mujeres en puestos de alta dirección y las mujeres indígenas o negras.

Esta disparidad se mostró particularmente marcada con los padres de niños menores de diez años: la tasa a la que las mujeres de este grupo estaban considerando irse era diez puntos porcentuales más alta que la de los hombres. Asimismo, las mujeres en parejas heterosexuales de doble carrera que tienen hijos también reportaron mayores aumentos en su tiempo dedicado a las responsabilidades domésticas desde que comenzó la pandemia.

A pesar de los esfuerzos de las empresas para apoyar a los empleados durante la crisis, las mujeres se sienten más agotadas y con mayor presión que los hombres.

Asimismo, los empleados de todo el mundo reportan innumerables desafíos relacionados con la pandemia: desde falta de oportunidades de avance, estancamiento del crecimiento hasta la pérdida de conectividad y pertenencia con colegas, además de graves problemas de salud física y mental.

Sin embargo, las mujeres en las economías emergentes luchan aún más, reportan mayores desafíos y los perciben más agudamente que los trabajadores en las economías desarrolladas.

Al mismo tiempo, actuar ahora para mejorar la equidad de género podría agregar 13 billones de dólares al Producto Interno (PIB) mundial

Distintas investigaciones muestran que los trabajos de las mujeres son casi dos veces más vulnerables a la pandemia que los trabajos de los hombres.

Así, es urgente mejorar la paridad de género de la región mediante inversiones en educación, planificación familiar, salud materna, inclusión digital y financiera, así como equilibrar la carga del trabajo de cuidado no remunerado relacionado con el cuidado de los niños y los ancianos.

De realizar estas acciones de equidad, se podrían agregar 13 billones de dólares estadounidenses al PIB mundial. También aumentaría la participación de mujeres en la fuerza laboral y crearía cientos de millones de nuevos empleos para las mujeres en todo el mundo. Esa es una oportunidad económica significativa y sustancial.

A medida que la economía resurge de la pandemia, el camino de las mujeres hacia el reingreso y la reincorporación a la fuerza laboral podría disolverse por la necesidad de volver a capacitarse o encontrar nuevas trayectorias profesionales dadas las tendencias de automatización y digitalización.

Las mujeres en Francia, Alemania y España tendrán una mayor necesidad de transiciones laborales inducidas por la pandemia a tasas 3,9 veces más altas que los hombres. En Europa y Estados Unidos, los grupos que probablemente necesitarán cambiar de ocupación después de la pandemia incluyen mujeres, miembros de grupos étnicos minoritarios y trabajadores con menos de un título universitario.

Para obtener más información, consulte”El futuro del trabajo después de COVID-19″,18 de febrero de 2021.

Aumento porcentual estimado en el número de transiciones de ocupación entre antes y después de COVID-19