Ensenada, Baja California, México.- La conservación de los ecosistemas costeros es la solución natural más efectiva y barata para hacer frente al Cambio Climático, aseguraron científicos, autoridades de gobierno y miembros de organizaciones no gubernamentales (ONG) internacionales durante el primer foro de Carbono Azul, organizado por la ONG Costa Salvaje y realizado en el CICESE.
Los manglares, pastos marinos y marismas que conforman los ecosistemas costeros son capaces de almacenar carbono de 3 a 10 veces más que un bosque terrestre; al carbono almacenado en estos ecosistemas se le conoce como Carbono Azul. México ocupa el cuarto lugar en la lista de países con mayor cobertura de manglares, al tener una superficie de más de 775 mil hectáreas (CONABIO, 2015). A nivel mundial los ecosistemas de Cabono Azul cubren menos de 0.5 % de la superficie marina.
La semana pasada el Panel Internacional de Cambio Climático de la ONU, conformado por investigadores de todo el mundo, hizo un llamado internacional para tomar acciones inmediatas que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero (el bióxido de carbono se emite con mayor frecuencia por actividades humanas). De no acatarlas, para 2030 veremos efectos mucho más graves que afectan no solo a la población humana, sino a todas la especies de flora y fauna del mundo, informó Eduardo Nájera, director general de la ONG Costa Salvaje México, “Hay una alerta roja, ya no hay vuelta atrás. Este foro aquí en Ensenada responde a eso, a proveer soluciones naturales para adaptarnos al cambio climático”.
El doctor Serge Dedina, director ejecutivo de Wild Coast (Costa Salvaje), aseguró que el día del foro es histórico para Ensenada ya que el tema de Carbono Azul y Cambio Climático es el más importante en el mundo. “México lo sabe por los huracanes que han llegado. Nosotros en Estados Unidos también porque hemos recibido huracanes muy fuertes, aunque nuestro presidente no reconozca las causas del cambio climático. En el mundo de la ciencia y de las ONG seguimos reconociendo y tratando el tema”, mencionó durante la inauguración del foro.
Además de los huracanes de categorías altas, es posible observar el aumento de sequías y el desplazamiento de poblaciones humanas que se ven en la necesidad de migrar por la infertilidad de tierras que antes eran muy productivas.
Los ecosistemas costeros proveen hábitat a especies de valor comercial, favorecen una alta biodiversidad y brindan importantes servicios ambientales para todo el planeta. Entre ellos, la protección de las costas, la producción de alimentos, favorecen el turismo y, por lo tanto, el desarrollo económico. De esto informó la Dra. Fernanda Adame, investigadora mexicana del Instituto de Ríos Australianos, de la Universidad de Griffith.
También informó que el Carbono Azul puede almacenarse por siglos de forma estable en los ecosistemas costeros. Parte de su investigación es conocer cómo se almacena el carbono en los suelos de los ecosistemas, cuáles almacenan más carbono y cómo es posible protegerlos y restaurarlos para aumentar su potencial de reservas de carbono. Por almacenar entre 3 y 10 veces más Carbono Azul que los ecosistemas terrestres, al degradarlos y/o deforestarlos emiten ese carbono a la atmósfera. Si se conservan de manera adecuada es posible evitar la liberación de estas emisiones.
Las actividades humanas que dañan más los ecosistemas costeros son las malas prácticas en la acuicultura, los desarrollos turísticos, así como la construcción de caminos y puentes que modifican cómo llega el agua a los manglares, informó la investigadora.
México en los ojos del mundo
En las Conferencias de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, México es reconocido por su liderazgo en la búsqueda de reducción de emisiones, y la generación de políticas públicas. En 2012, se promulgó la Ley General de Cambio Climático que incluye una estrategia nacional sobre mitigación y adaptación al cambio climático. Fue el segundo país en establecer una ley de este tipo. (Información de la SEMARNAT).
“México ha hecho bastantes contribuciones en las COP y dentro de los protocolos de Kyoto y de París. Está a la vanguardia de adoptar propuestas y sugerir que otros países las adopten […] tenemos una Ley General de Cambio Climático que ya incluye el tema de restauración de ecosistemas costeros, como los manglares, como una estrategia de adaptación. Tenemos también nuestros compromisos para evitar la deforestación de los manglares y vamos a ayudar a la conservación de estos ecosistemas. No todos los países tienen eso. Por eso estamos a la vanguardia, porque reconocemos a estos ecosistemas como una parte integral de las estrategias a la adaptación del cambio climático”, compartió Eduardo Nájera.
Mercado de Carbono Azul
Además de los beneficios naturales, el Carbono Azul es capaz de atraer beneficios económicos. Actualmente se fomenta el mercado del carbono, que tiene el objetivo de reducir las emisiones de efecto invernadero, a través de la compra de permisos de emisión.
“Vemos una posibilidad de financiación de los mercados de carbono, que está creciendo. Hay oportunidades en la industria de aviación, que tiene una meta de ser neutral en su crecimiento de carbono a partir de 2021. Para poder cumplir la meta tendrán que comprar compensaciones del mercado de carbono, para ayudar a manglares y bosques. Es un momento importante”, mencionó Summer Montacute, consejera de la ONG Verra, organización que apoya más de 200 proyectos a nivel mundial para reducir las emisiones carbono del sector industrial, a través de estándares verificados de emisiones.
El término de Carbono Azul surgió hace una década aproximadamente. El Carbono Café es el carbono de las emisiones de bióxido de carbono. Después surgió el Carbono Verde para identificar y cuantificar el carbono que absorben los árboles y bosques. Luego se descubrió que los ecosistemas que más absorben carbono y que más lo retienen son los ecosistemas costeros: el término de Carbono Azul hace referencia a los ecosistemas costeros por considerarse parte del mar.
Presidieron este foro Horacio de la Cueva, investigador del CICESE; Thelma Rosa Castañeda Custodio, titular de la Secretaría de Protección al Ambiente de Baja California; Alfonso Blancafort Camarena, delegado federal en Baja California de la SEMARNAT; Meredith de la Garza, directora del programa de Océanos de México y norte de Centroamérica de la organización The Nature Conservancy, y Serge Dedina, de WildCoast Costa Salvaje.