EN EL PAÍS, 75 DE CADA 100 MEXICANOS TIENEN SOBREPESO U OBESIDAD

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México es uno de los países con las cifras más elevadas de casos de diabetes, refiere Ismael Campos Nonato, jefe del Departamento de Obesidad, Diabetes y Riesgo Cardiovascular del Instituto Nacional de Salud Público

En el país, el consumo de refrescos de un adulto es de 2.5 tazas diarias

En México, la mitad de la población padece hipertensión arterial, más del 10 por ciento está enferma de diabetes, el 75 por ciento de las personas presenta sobrepeso u obesidad, y nueve de cada diez adultos tiene al menos uno de los cinco factores para desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares, las causantes del mayor número de muertes en el país y el mundo. 

Con estos datos y los altos costos económicos que generan la atención de estos padecimientos, se hace necesaria una mayor comprensión de esta problemática de salud que obliga a hacer énfasis en la prevención entre los diferentes grupos poblacionales e iniciar los controles en los primeros años de vida para evitar que niños y jóvenes desarrollen enfermedades crónicas a temprana edad o, por lo menos, retrasen su aparición.

Con la publicación de la Encuesta Nacional de Salud Pública y Nutrición (ENSANUT) 2018, el doctor en Ciencias Ismael Campos Nonato, jefe del Departamento de Obesidad, Diabetes y Riesgo Cardiovascular del

Instituto Nacional de Salud Pública, analiza en entrevista con la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, algunos aspectos de la encuesta, las tendencias y las proyecciones que se tienen para diferentes enfermedades crónicas.

A partir de 1993, en la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas, que es el punto de referencia para conocer la magnitud de la diabetes a través del tiempo, se describió por primera vez que se trata de un problema de salud pública asociado a complicaciones macrovasculares y microvasculares, así como a una mortalidad temprana. En ese año, la prevalencia de diabetes fue de cuatro por ciento y para 2019 de 9.3 por ciento, lo que indica  que “la prevalencia se ha duplicado, aunque en los últimos años la tendencia se ha mantenido en alrededor de cuatro por ciento”.

Hoy, diez de cada cien adultos tienen diabetes diagnosticada, pero la cifra es mayor con los que no saben que tienen el padecimiento.

La prevalencia es mayor a medida que se incrementa la edad, por ejemplo, en mayores de 20 años, 1.5 por cada 100 personas tiene el padecimiento; en adultos de 20 a 59 años, 12.4 de cada 100, y en mayores 60 años, 27 de cada 100.

Las causas

Entre los factores que contribuyen, figuran el sobrepeso y la obesidad, principalmente. En el contexto nacional, 75 de cada 100 mexicanos adultos mayores de 20 años tienen sobrepeso u obesidad, lo que explica en parte la coexistencia: sobrepeso-diabetes.

En México, el exceso de volumen corporal, el consumo elevado de bebidas azucaradas y una actividad física insuficiente constituyen los principales factores modificables que han condicionado que se mantenga una prevalencia elevada, destacó el doctor Campos Nonato.

Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Tufts de Estados Unidos y financiado por la Fundación Melinda y Billy Gates, mostró que al comparar a 185 países de 1990 a 2015, “el consumo de bebidas azucaradas fue más alto en México, donde el adulto promedio bebe más de 19 onzas por día (unos 560 ml), seguido de Surinam y Jamaica (casi 15 onzas por día). La ingesta más baja fue en China, Indonesia y Burkina Faso”.

Otros de los factores que han contribuido a una mayor incidencia de enfermedades crónicas son el envejecimiento, el estrés, factores biológicos y ambientales “pero el consumo de bebidas azucaradas, el sobrepeso y la obesidad contribuyen de manera clara en el repunte de la prevalencia e incidencia de diabetes”.

Sobre estos repuntes y avances de esta epidemia en nuestro país, el especialista advirtió que, considerando la estrategia que se ha tenido para combatir el sobrepeso y la obesidad en la población, no podría esperarse un efecto inmediato a partir de la implementación de algunas políticas públicas en salud. Es necesario esperar unos años más para ver el impacto real a mediano plazo, por ejemplo, con el impuesto a las bebidas azucaradas.

Sin embargo, “el efecto que esperamos en cuanto a prevalencia/incidencia de la diabetes tendríamos que esperar al menos 10 años más para tener cambios importantes atribuibles a esta intervención”.

De los primeros esfuerzos por parte del gobierno federal para combatir el sobrepeso y la obesidad y que involucró a varias secretarías a nivel federal fue el Acuerdo Nacional por la Salud Alimentaria (presentado en enero de 2010), en el que se establecieron 10 objetivos centrales y todas las secretarias de Estado tenían una responsabilidad y participación transversal.

Con acciones como el impuesto a las bebidas azucaradas y el nuevo etiquetado, se esperan obtener resultados que supere los esfuerzos del pasado.

Lo que se ve en el panorama, es que algunas medidas como el impuesto al refresco sí ayudará, pero el resultado será insuficiente para revertir la alta prevalencia de la diabetes. Se espera que acciones como el etiquetado de alimentos que recientemente aprobó el Congreso contribuya para que la población tome mejores decisiones sobre lo que consume y elija productos más saludables.

Por otro lado, también se requiere capacitar a los profesionales de la salud, médicos, enfermeras, nutriólogos, para que sepan tratar la diabetes y dar consejería sobre la adopción de estilos de vida saludables, pues la propia Secretaría de Salud “ha reconocido que tres de cada cuatro médicos no sabe tratar adecuadamente las enfermedades crónicas”.

Otra de las observaciones que hizo el jefe del Departamento de Obesidad, Diabetes y Riesgo Cardiovascular del INSP sobre el abordaje que se hace de la diabetes, es que el enfoque se inclina más a la medicina curativa, atender las complicaciones, y no en hacer un diagnóstico temprano con el que se priorice la atención desde el embarazo y los primeros años de vida.

La idea de intervenir desde la gestación y continuar la supervisión en educación básica es importante, admitió Campos Nonato, porque “a nivel mundial México tiene una de las prevalencias más altas de sobrepeso en niños. Este es un grave problema, pero también una oportunidad para intervenir y desalentar a partir de este grupo poblacional el consumo de bebidas azucaradas y alimentos ultra-procesados”.