En estudio anticuerpos recombinantes para enfermos graves por SARS-CoV2

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  • En espera que se pueda probar en humanos: Mayra Pérez

En el IPN desarrollaron e hicieron una evaluación preclínica de una mezcla de anticuerpos recombinantes contra todas las variantes de preocupación (VOCs) del coronavirus SARS-CoV2, incluyendo la Wuhan, Delta y Ómicron, con el fin de desarrollar anticuerpos recombinantes que pudieran neutralizar al virus, explicó la doctora Sonia Mayra Pérez Tapia, directora de la Unidad de Desarrollo e Investigación en Bioterapéuticos (Udibi), Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del IPN.

Detalló que en los últimos cinco años se han desarrollado anticuerpos que pueden neutralizar al virus circulante, que a diferencia de las vacunas que inducen anticuerpos, estos anticuerpos son proteínas que se pueden producir en un reactor y pueden ser desarrolladas como medicamentos.

Dijo que para que ya se pueda tener una molécula ya como medicamento disponible para la sociedad, primero tiene que pasar una serie de etapas: la primera, la de laboratorio, es una etapa preclínica, para evaluar seguridad; segundo, el gran reto, que es uso en humanos, etapa en la que se encuentra el estudio, en este momento están hablando con las autoridades regulatorias para solicitar el primer uso en humanos, que son los ensayos de seguridad, una vez que se alcanza el primer uso en humanos entonces vienen la fase 2 y la fase 3, que son los estudios de eficacia, hasta que se concluyan todo ese proceso es cuando realmente el producto puede estar al alcance de la sociedad.

Este producto dirigido a personas que tengan complicaciones por Covid-19, es decir, que están graves, hospitalizados, que tengan alguna complicación que los lleve al hospital y eso lo que se está evitando, la muerte por esta enfermedad, hoy día siguen muriendo personas por este mal, por eso se quiere poner a disposición un medicamento que pueda contrarrestar y disminuir prácticamente al mínimo las muertes.

Pérez Tapia expuso que se tiene mucho optimismo en el IPN y gracias a las colaboraciones institucionales que se están dando, espera tener un anticuerpo 100% mexicano, pero definitivamente dependen de los diferentes actores involucrados tanto el Instituto Politécnico, como la industria que puedan ayudar a fabricarlo, y de la entidad regulatoria.

En ese sentido, dijo que cuando el problema pandémico empezó a principios del 2020, la política del Politécnico fue agrupar a los científicos que podían atender esa necesidad sanitaria de alguna o de otra manera, ingenieros, virólogos, químicos, doctores en Inmunología y poner lo que sabían al servicio de la comunicad politécnica.

En el Instituto Politécnico Nacional al iniciar la pandemia, se empezó a identificar cuáles eran las áreas en las que se podía apoyar, en el caso particular de esta unidad, se empezaron a generar productos, servicios o diagnóstico.

Explicó, primero, se estableció el diagnóstico de coronavirus SARS-CoV2 en la comunidad Politécnica, dijo que son de las primeras instituciones públicas que lo tuvieron en el laboratorio; segundo, se empezó a cambiar los principales objetivos de desarrollo para generar productos terapéuticos o para dar algún tipo de información para identificar la respuesta inmune del individuo.

De esta forma, se generó el primer y único, hasta el momento estuche el diagnóstico o el estuche de detección de anticuerpos que permite saber si en un individuo tiene anticuerpos contra el SARS-CoV2, ese fue desarrollado 100 % en el politécnico, se hizo en el laboratorio, además de la mezcla de anticuerpos recombinantes, ya mencionada.

En cuanto al tema sobre el final de la pandemia, la científica reconoció que al tener una vacunación previa, se tiene anticuerpos circulantes, que en caso de que llegue la variante ómicron, se vuelven a producir más anticuerpos, lo que conlleva a un menor número de decesos, porque hay menos complicaciones, y si las que hay, es por las condiciones muy particulares del individuo o porque no estaban vacunados.

En cuanto al tema de la vacunación, la académica destacó que con la vacunación definitivamente va a lograr que poco a poco se vaya solucionando el problema de pandemia, al tener una respuesta inmune, la cual se ha demostrado que es sostenida, ya que poco a poco van disminuyendo y a su vez, hay menos restricciones sanitarias.

En cuanto al cubreboca, aseguró que en algún momento la gente se lo retirará porque el ser humano no nació con este elemento, pero en este momento, por la situación pandémica, el usar cubrebocas es una medida para evitar la propagación, pero conforme vaya creciendo el porcentaje de la cobertura de la vacunación, va ir desapareciendo del cuerpo la pandemia.

Recordó que las pandemias de microorganismos se han presentado en diferentes etapas en la humanidad, por ejemplo, la influenza española también mató a miles de personas, pero la coexistencia entre virus y humanos es algo que ha llevado evolutivamente por el mismo camino a ambos, el sistema inmune del humano ha evolucionado para poder responder a los virus y los virus también han evolucionado para poder infectarlo, entonces no es ni la última ni la peor que se va a enfrentar.

En cuanto a la recomendación para la sociedad, para terminar con esta pandemia, la primera, por supuesto, es vacunarse, ponerse los refuerzos cuando se indiquen, seguirse cuidando, y estar muy atentos a las recomendaciones sanitarias en el caso de que haya algún otro pico, pues hay que volver a cuidarse; afortunadamente el Omicrón va disminuyendo.

Enfatizó que se debe entender que ya cambió nuestra condición inmune, prácticamente la gran mayoría de la población ya tiene al menos una dosis de vacuna. Dijo, hay que pugnar para una mayor cobertura de vacunación, sobre todo para los menores y para los adultos

En cuanto a la vacunación de los niños, aseguró que esta inmunológicamente a nivel internacional es irrefutable, de lo contrario no se vacunarían a los hijos desde el nacimiento; la vacunación es una de las intervenciones de salud pública más importantes a nivel mundial y, desde su juicio inmunológico, han permitido incrementar la edad de vida y afrontar de manera diferente a todas las enfermedades infecciosas.

El no vacunar a los niños, niñas y adolescentes menores de 15 años, obedece a otras políticas públicas de salud que los dirigentes de país han decidido por diversas razones.

En cuanto a las afectaciones que pudieran tener los infantes al aplicarse la vacuna, explicó que todas las intervenciones de salud, todos los medicamentos tienen un efecto, pueden existir individuos que reaccionen de una o de otra manera, pero el beneficio sigue siendo mayor al posible efecto que pudiera tener adverso.

Actualmente, la mayoría de los países del mundo han autorizado, gracias a su seguridad y a su eficacia, las vacunas en niños, sí especialmente de aquellas que presentan datos, por ejemplo, Pfizer, que ha presentado datos de eficacia.

En relación a la enseñanza que deja la Covid-19, la científica reflexionó, al señalar que aquí están involucrados diferentes temas: a nivel social, “creo que la responsabilidad de pensar, además como individuo, de pensar de manera colectiva de la importancia de hacer caso a las recomendaciones por un bien común, porque la propagación, sobre todo, en ciudades como la Ciudad de México es muy importante la conciencia colectiva.

La segunda, a nivel tecnológico, deja la experiencia de esta explosión de conocimiento de la pandemia, casi siempre cuando uno se enfrenta a este tipo de problemas tan disruptivos obliga a que la ciencia y la tecnología despunte, porque pone en el extremo, se necesitan soluciones rápidas y eficaces, es decir, el avance de la ciencia y la tecnología no se había visto antes una aceleración para el desarrollo de vacunas como el que ahora se tiene.

Otro beneficio es que, sobre todo en el primer año de pandemia, en el 2020, “volvimos hacia nosotros, hacia el interior de nosotros, esta necesidad de encerrarnos en casa nos obligó a volver a ver hacia el interior de las familias, las convivencias prolongadas que antes no se daban, creo que ha sido algo que fue positiva.

Además, se reposicionó el papel de los científicos, se hicieron más visibles hacia la sociedad, hay más comunicación, más foros para hablar, la gente escucha.

Otro aspecto positivo, se evidenció el poder de las redes sociales, la necesidad imperante de vigilar a los comunicadores y de realmente tener líderes de opinión preparados;  señaló la doctora que la pandemia ha dejado claro cuáles son los riesgos de tener a un comunicador que sepa manejar redes, pero solo estén diciendo tonterías, pues se debe poner a líderes que tengan el conocimiento, porque el impacto que pueda tener a nivel social y de difusión puede ser brutal; ejemplificó, todos los movimientos anti vacunas se han gestado y han proliferado principalmente por las redes sociales.