En los límites del Estado de México y Ciudad de México pasaron cientos de motociclistas en caravana, en pleno semáforo epidemiológico en rojo. Algunos iban dos o tres en una unidad, las preguntas: ¿Realmente están cuidando la sana distancia?
¿Les importará que la propagación del virus esté creciendo? ¿Alguno ha visto las estadísticas de los hospitales saturados? ¿Saben que se está muriendo el personal de salud?
Desgraciadamente por la inconciencia de muchos hay un alto número de contagios, que en muchos casos llegan a los fallecimientos, sobre todo de adultos mayores, familias enteras se están muriendo, niños quedando en la orfandad, sin que realmente se tome conciencia, es decir, “están viendo y no ven”, mejor voltean a otro lado para no enterarse de la cruda realidad o definitivamente no les importa nada, porque ellos mismos pueden ser víctimas de su negligencia, que al final de cuentas van a ocasionar más penas a otras familias.
Aquí no salen por la necesidad de buscar sustento, llevar recursos a la familia, a los hijos, quizás a los padres ¡No! Salen a buscar su diversión sin entender lo que están padeciendo miles de familias, el dolor por no tener trabajo, el dolor por perder a un ser querido o a muchos, el dolor de nunca más volver a ver a un gran amigo, amiga.
Mientras esta actitud siga igual la pandemia no va a cesar y van a seguir muchos enfermándose, y peor aún, van a perder la vida. Muchos de los que logran salvarse ven su salud deteriorada, por ende, su calidad de vida baja.
Las autoridades no hacen nada por dispersar el grupo, dirán cada quien viene en su unidad, lejos unos de otros.
Por eso, cada ciudadano debe ser consciente del mal que puede causar seguir asistiendo a reuniones masivas, es tiempo de #QuedarseEnCasa, ya habrá otro momento para diversión, de esta forma terminar con esta pesadilla para miles de familias.