En riesgo, el 71% de las empresas familiares

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El 71% de las empresas familiares en México carece de planes estratégicos, por lo que desaparecen, pierden mercado y detienen sus programas de innovación o desarrollo ante una contingencia como la derivada de la pandemia del Covid-19, refiere Mario Rizo, socio director de Salles Sainz Grant Thornton, consultoría de contabilidad y finanzas.

Para el experto, “ante una crisis las empresas familiares que carecen de planeación estratégica demoran planes cruciales como la digitalización o adecuación de productos o servicios a las nuevas expectativas y necesidades de sus consumidores”, menciona el directivo.

Confusión de roles, conflictos de autoridad e instrucciones contradictorias son los principales problemas que aquejan a las empresas familiares en México y que a raíz de la pandemia derivada del Covid-19 se recrudecen y representan hasta el 66% de las firmas perdidas durante la pandemia según Mario Rizo.

“Aunque una de las mayores ventajas de laborar en una empresa familiar es que sus integrantes saben que están aquí para construir juntos un plan de vida, la mayoría sobrevive solo hasta la segunda o tercera generación por el surgimiento de conflictos familiares”, refiere Rizo.

El también catedrático universitario refiere que separar el negocio de lo familiar es el problema común en las empresas familiares de América Latina. “En México, concretamente, existe cierta renuencia a establecer estatutos claros que regulen la intervención de los miembros de la familia empresaria y la confusión de roles, expectativas y metas es más frecuente durante una crisis”, dice Rizo.

Así, “lo que puede ayudar de manera radical es un Protocolo Familiar o documento en el que se contemplan roles y responsabilidades, diferentes procedimientos a seguir ante posibles situaciones, como la incorporación laboral de familiares políticos, por ejemplo. También conviene detallar el proceso de toma de decisiones, el movimiento de las acciones, el proceso de sucesión y las políticas de gastos y ahorros entre otros tópicos”, recomienda el directivo.

El Protocolo Familiar funciona como mediador entre la empresa y la familia, busca el equilibrio de las relaciones; funge como un recordatorio de los acuerdos, es modificable según las necesidades “y permite el diálogo entre los miembros de la familia y crea identidad y lealtad”, dice el también miembro de varios consejos de administración.

Ahora, si las reglas del juego están escritas en el Protocolo, y se llevan a cabo, habrá transparencia y equidad, y se garantizará que a cada colaborador se le trate con profesionalismo y objetividad, sin privilegios o arbitrariedades.

“También es recomendable que desde temprana edad los miembros más jóvenes de la familia empresarial se involucren con la compañía y las diferentes áreas que conforman su estructura. Se trata de incluirlos para que conozcan la empresa”, menciona el directivo.

El socio director de Salles Sainz Grant Thornton dice que “aún en los peores escenarios de incertidumbre, un plan estratégico provee las mejores herramientas de dirección y acción empresarial, al grado de subsistir y aún crecer en medio fuertes recesiones y contingencias”.