Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México encontraron carne de caballo presente en muestras crudas y cocidas vendidas como carne de res o etiquetadas de manera imprecisa en carnicerías, mercados y puntos de venta informales como tianguis en seis ciudades mexicanas.
El estudio, encargado por Humane Society International, también encontró altos niveles de clembuterol en algunas muestras de carne cruda. El clembuterol es un medicamento veterinario prescrito comúnmente para caballos, no está aprobado para animales de consumo humano y puede ser dañino para los humanos.
Los investigadores recolectaron muestras en las siguientes ciudades: Aguascalientes, Zacatecas, Chihuahua, Ciudad de México, Pachuca y San Vicente Chicoloapan. Los investigadores estudiaron 433 muestras de carne cocinada y cruda, y encuestaron a 339 vendedores. Casi el 10 por ciento de las muestras recolectadas arrojaron resultados positivos para carne de caballo.
Los investigadores también analizaron la presencia de clembuterol en 29 de las muestras que resultaron positivas para carne de caballo (solo la carne cruda pudo analizarse para clembuterol) y encontraron concentraciones significativas de clembuterol.
Los investigadores también encontraron que la mayoría de los vendedores encuestados no querían vender carne de caballo y no estaban al tanto de la presencia de carne de caballo en los productos cárnicos que vendían.
Anton Aguilar, director de HSI / México, dijo: “Los resultados de este estudio muestran que es importante que los consumidores que adquieren alimentos en puntos de venta informales se den cuenta de que es posible que ocurran prácticas de mal etiquetado o etiquetado engañoso de la carne, lo que podría ser dañino para su salud. Esperamos que este estudio contribuya a ampliar el conocimiento de esta industria”.
El estudio únicamente analizó muestras para detectar la presencia de clembuterol, pero otras sustancias tóxicas pueden haber estado presentes. Los caballos a menudo reciben múltiples sustancias químicas que se sabe que son peligrosas para los humanos, no han sido probadas en humanos o están específicamente prohibidas para su uso en animales criados para consumo humano.
Además de los efectos sobre la salud que puede implicar el consumo de caballos no criados para ser consumidos, la industria del sacrificio de caballos suele ser cruel. Los caballos no deseados, anteriormente utilizados en carreras o como acompañantes, se venden a los exportadores que luego los transportan largas distancias, a menudo en condiciones de calor extremo, con poca o ninguna comida, agua o atención veterinaria.
México es el segundo mayor productor de carne de caballo en el mundo, después de China. Según la Secretaría de Economía de México, en 2015 México exportó casi 3.000 toneladas de carne de caballo por valor de casi $ 9 millones de dólares, principalmente a Vietnam y Rusia.
Muchos de los caballos sacrificados en México son importados desde Estados Unidos, donde los rastros de caballos han estado cerrados desde 2007 a raíz de que se retiraron los fondos para las inspecciones de las plantas por parte del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Para checar el informe completo:
http://www.hsi.org/assets/pdfs/estudio-mercado-carne-de-caballo-mexico.pdf