* Son trastornos emocionales que minan la productividad laboral, alteran las relaciones laborales con los compañeros-jefes y las relaciones de pareja-familia.
* Burnout, el Acoso laboral, la Fatiga Crónica, el Tecno Estrés y la Adicción al Trabajo
* Los síntomas principales, agotamiento físico y mental, actitudes agresivas y desgano.
Hoy en día, con una sociedad más competitiva, las demandas laborales están generando nuevos problemas de salud mental en hombres y mujeres, cuya afectación no sólo mina su productividad laboral, sino sus relaciones personales e incluso las esferas afectivas (pareja y familia).
“Se trata síntomas producidos por el agotamiento mental que se manifiestan con padecimientos físicos y actitudes agresivas, de desgano y que inciden negativamente en las relaciones personales de los individuos laboralmente productivos”, explica el doctor José de Jesús González Núñez, presidente honorario del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS).
En este sentido, el especialista explica los trastornos emocionales detectados en los diversos ambientes de trabajo son:
– Síndrome de desgaste profesional o Burnout.
Los individuos presentan agotamiento físico y mental, lo cual se traduce en un bajo rendimiento laboral y pérdida de interés hacia el trabajo. En este sentido, las estadísticas confirman que este problema es más frecuente en personas cuya profesión se basa en el trato directo con gente: médicos, trabajadores sociales, profesores, policías, bomberos, guardias de cárceles, comerciantes y encargados de brindar información o atención al público, ya que deben involucrarse en problemas y preocupaciones de otros y enfrentarse a hechos sociales estresantes.
El organismo ha identificado que los pacientes con síndrome de desgaste profesional son muy exigentes, presentan baja autoestima o dificultad para manifestar sus emociones; paulatinamente reportan que “algo” que no pueden definir, les desagrada en su trabajo.
“De entrada consideran que su malestar se debe a una inconformidad en la organización que los desgasta; suelen después tomarse algunos días de vacaciones, sin embargo, al reincorporarse notan que todo sigue igual, experimentan frustración y en algunos casos llegan al grado de sentir un desgaste permanente y severo que puede ocasionar incapacidad para volver a desempeñar las actividades que venían realizando”, explicó el Dr. González Núñez, también Director de Posgrado de la Institución.
– Bullying laboral o Mobbing.
Se produce cuando una persona es sometida a una fuerte presión psicológica por parte de varios miembros del grupo al que pertenece o por sus superiores, quienes buscan, por ejemplo, que renuncie a su empleo. Este fenómeno ocurre con mucha frecuencia, explicó la Dra. Jael Alatriste García, Presidente Electa del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social, y se caracteriza por presentar periodos largos de depresión o estados de estrés, así como ansiedad que, de no atenderse a tiempo, derivará en complicaciones emocionales severas.
Los individuos con mayor riesgo de sufrir acoso son aquéllos cuyo aspecto, conducta, valores y actitud contrastan con los de sus compañeros de trabajo, ya que su sola presencia provoca un cuestionamiento implícito sobre los símbolos, características y valores que dan homogeneidad a una empresa o grupo laboral.
– Síndrome de fatiga crónica o Gripe del yuppie.
Esta afección hace referencia a un cuadro de estrés laboral caracterizado por dolor de cabeza, irritabilidad, sensación de cansancio permanente, pérdida de memoria y disminución en la capacidad del sistema de defensas contra enfermedades (inmunológicas), por lo que el paciente suele manifestar síntomas similares a los de un resfriado.
El origen del nombre anglosajón data de aquellos ejecutivos y hombres de negocios surgidos en las últimas dos décadas del siglo XX en Estados Unidos, los yuppies (palabra que abrevia al término young urban profesional o joven profesionista de ciudad), quienes tenían el único objetivo de obtener ganancias que les permitieran contar con un alto nivel de vida y reconocimiento social, aunque fuese a costa de agotadoras jornadas de trabajo o de desafiar todo principio ético o moral.
“La fatiga crónica se diagnostica cuando una persona se muestra agotada por un período de seis meses o si no desaparece con el reposo. Entonces es indispensable acudir a algún tipo de tratamiento psicológico”, explicó el especialista.
– Síndrome de fatiga informativa o Tecno Estrés.
Aparece en personas que deben trabajar largas jornadas con computadoras y tecnologías de punta (smartphones, iPads) hacia las que se termina por crear mayor o menor grado de dependencia.
El tecno estrés puede iniciar mientras se aprende a hacer uso de las nuevas tecnologías (software empresarial, bases de datos), ya que muchos trabajadores se ven obligados a adquirir nuevos conocimientos a marchas forzadas, sin cometer errores y bajo la presión de quienes desempeñan cargos superiores, por lo que es común que se experimenten ansiedad, inseguridad y sentimiento de incompetencia. Esto puede desencadenar, sobre todo en personas de mayor edad, aversión hacia las nuevas herramientas (tecnofobia), e incluso solicitar cambio de puesto o deserción en el trabajo.
“A esto deben agregarse manifestaciones corporales como dolor en cuello, espalda, brazos y hombros, ojos irritados, dificultad para conciliar el sueño, nerviosismo y mala digestión, en tanto que anímicamente se presenta un hecho curioso: como en otros casos de estrés, la persona luce confundida y agotada, pero también parece copiar la manera en que trabaja la computadora, de modo que todo el tiempo actúa con prisa, pretende realizar varias actividades a la vez y procura desempeñarse con exagerada precisión; por ello, no tolera los errores (cuando son propios hay gran decepción y depresión) y corre el riesgo de perder su identidad al obligarse a ser como una máquina”, manifestó González Núñez.
– Adicción al trabajo (Workaholism)
Se define como una dependencia al estrés y se presenta cuando el individuo no se da la oportunidad de tener momentos de reposo y vuelca toda su energía en la realización y progresión de su trabajo; difícilmente dedica tiempo a aspectos de su vida personal: cuidado de sí mismo, práctica de algún deporte, convivencia familiar y en pareja, o simplemente descansar.
Las personas más afectadas por este problema son de personalidad ansiosa, tendencia a deprimirse y baja autoestima; además, son perfeccionistas, cuentan con la necesidad de sentir que tienen el control de cualquier situación, prefieren el trabajo individual antes que el grupal y pueden permanecer así durante muchos años sin darse cuenta de su adicción y sin hacer nada para solucionarlo. Este comportamiento es más típico en los varones debido a que desde pequeños se les inculcan los anhelos de poder, éxito y prestigio, a la vez que deben establecer relaciones sociales lejos de sus sentimientos y negar emociones como tristeza, miedo o dolor.
Algunas sencillas recomendaciones
*) Recuerde que su salud es lo más importante.
*) Es aconsejable que por cada hora de trabajo frente a una computadora se deben tomar 10 minutos para descansar los ojos, la mente y tomar oxígeno.
*) No tener varias tareas en marcha en el monitor. Emplear los teléfonos fijos y celulares con moderación
*) Escribir a mano cuando se pueda y no realizar otras actividades mientras se está frente a la computadora, como fumar, comer o hablar por teléfono y reducir malos hábitos posturales.
*) La solución no está en odiar a las máquinas. Tampoco pensar que llegará un momento en que nuestro conocimiento, sobre programas y sistemas será completo.
*) Trate de desconectarse a tiempo. Después de todo es bueno saber que nosotros seguimos teniendo el enchufe a mano y los mails estarán guardados en nuestro correo.