Prevenir y erradicar el embarazo infantil son objetivos estratégicos del Gobierno del Estado de México, por lo que se han implementado políticas públicas y acciones efectivas necesarias que permitan reducir los índices de gestación precoz.
Lo anterior durante el taller virtual “Prevención de embarazo adolescente”, impartido a 28 servidores públicos del municipio de Toluca, y organizado por la Secretaría General de Gobierno, a través del Consejo Estatal de Población del Estado de México (Coespo).
En esta capacitación a través de la plataforma Zoom, Itzel González Mendoza, Jefa de Departamento de Estadística Demográfica, y Rosalinda Díaz Salazar, asistente de Departamento de Educación en Población del Coespo, coincidieron en que el embarazo y la maternidad en la adolescencia son fenómenos que afectan la salud sexual y reproductiva, así como el bienestar de las mujeres jóvenes y sus familias.
Explicaron que esta situación se ha convertido en un problema poblacional que aumenta las brechas sociales y de género, pues ser madres debe ser un tema de proyecto de vida, de educación, de salud, pero sobre todo, de respeto a sus derechos humanos, a su libertad y a su desarrollo como personas.
Informaron que el embarazo en adolescentes cobra cada vez mayor importancia debido a que en la entidad mexiquense radican 2 millones 953 mil 839 adolescentes, y en el municipio de Toluca 157 mil 766; a nivel estatal se registraron un total de 47 mil 927 nacimientos durante el año 2018.
Para ese mismo año, en Toluca se registraron 2 mil 448 nacimientos en adolescentes.
La distribución geográfica de los registros indica que el 24.02 por ciento de los nacimientos se presentaron en áreas rurales, 75.57 por ciento en áreas urbanas y 0.41 por ciento no especificaron su área.
Indicaron que, en algunas comunidades, se da gran importancia a factores socioculturales y se da el valor y prestigio femenino al hecho de ser madre, lo que puede ser considerado como una desigualdad de género ya que se ha disminuido la autonomía femenina para tomar decisiones sobre su cuerpo y sexualidad.
Finalmente, señalaron que la falta de comunicación familiar, información desigual para retrasar el inicio de las relaciones sexuales, la violencia y la desintegración familiar, así como la repetición de patrones se consideran factores que influyen en el embarazo adolescente.
Asimismo, a nivel personal se contempla como un factor el desconocimiento de métodos anticonceptivos, educación sexual deficiente, carencia afectiva e incluso bajo rendimiento escolar o escaso acceso a la educación.
Ante este panorama, es necesario que las y los adolescentes cuenten con la información y herramientas para llevar a cabo un auto cuidado y responsabilidad en su comportamiento sexual.
