Ante las criticas que se desataron por la liberación de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, los integrantes del llamado gabitene de Seguridad evadieron hablar sobre la posibilidad de presentar su renuncia.
En medio de una conferencia de prensa ríspida en la que los representantes de los medios de comunicación cuestionaron el proceder de las fuerzas de seguridad federal, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño, indicó que se tomó la decisión de liberar a Ovidio Guzmán porque si bien se busca lograr la paz en el país, no será a costa de convertir a México en un cementerio.
-El operativo fue fallido, la población estuvo en peligro, ¿al menos por dignidad presentarán su renuncia?, cuestionó una reportera de los Mochis
El rostro de Alfonso Durazo Montaño y de los secretarios de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval, y de la Marina, Rafael Ojeda, lo decía todo: Sólo iba a dar su versión y evadieron decir si renunciaban o no.
“No hay falta del Estado ni ausencia del gobierno federal en esta decisión”, respondió Durazo Montaño ante la insistencia de los medios de comunicación.
“No buscamos enlutar hogares, sino resarcir el desgarrado tejido social, no vamos a regresar al tiempo de las masacres generalizadas… Vamos a acatar el desafío de la paz, pero no convirtiendo a México en un cementerio mayor al que ha sido”, expresó Durazo Montaño.
A su vez, el secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval indicó que el personal de las fuerzas de seguridad actuó de manera precipitada y con falta de planeación, además de que desestimó el poder de fuerza y convocatoria del grupo de Guzmán López, hijo del narcotraficante preso en Estados Unidos.
Refirió que en el operativo conjunto, que fue una acción directa contra Ovidio Guzmán López, se registró un fallecido, 19 bloqueos, 14 agresiones a elementos militares y de la Guardia Nacional, así como siete elementos del Ejército heridos, un oficial y ocho elementos de tropa detenidos y liberados sin lesiones.