Por Artemisa Alanís
(Primera de dos partes)
A más de 500 años del descubrimiento de América, “podría pensarse que ya se han serenado los ánimos, que los textos sobre Cristóbal Colón ya están más que conocidos y reconocidos por las autoridades, que ya está dicha la última palabra, pero la verdad es que todavía hay muchas dudas no resueltas acerca de la figura de este navegante”.
El doctor en Derecho por la Universidad de Sevilla, España, Rafael Diego- Fernández Sotelo, expuso lo anterior al iniciar el ciclo de conferencias de primavera ‘La reconciliación con nuestra historia’, organizado por el Centro de Estudios de Historia de México Carso (CEHM), con la plática ‘Cristóbal Colón: entre pasión y realidad’.
Paradójicamente, apuntó, con el paso del tiempo en lugar de que se tenga más clara esa figura de Colón, lo que le debe la humanidad y lo que él mismo pensaba, así como lo que representó históricamente, el tema se ha vuelto más complicado.
Podría decirse que la historia de esta complicación empezó en 1892, cuando se celebró el IV centenario del descubrimiento de América y el lugar sede que se eligió para las conmemoraciones fue Chicago, zona de Estados Unidos donde la colonia italiana es muy fuerte; entonces el tema central de esa conmemoración fue reivindicar toda la aportación italiana al tema del descubrimiento, y la verdad es que la colonia italiana tenía un montón de argumentos, empezando por Américo Vespucio y otros grandes marineros y extraordinarios cronistas como Pedro Mártir de Anglería.
Esa conmemoración se volvió italiana y a los españoles no les pareció muy bien que los italianos se apropiaran de esta empresa que los españoles siempre habían reivindicado, porque América terminó siendo una colonia de España y no de Italia, precisó el también investigador del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de Michoacán.
Revisionismo historiográfico contra Colón
En España, el franquismo procuró durante 30 años una exaltación de los reyes católicos como protagonistas del descubrimiento de América, lo que se tradujo en un revisionismo historiográfico que le pasó la factura a Cristóbal Colón; los historiadores del Derecho de aquella época, como Alfonso García-Gallo, empezaron a analizar jurídicamente los títulos y los contratos para demostrar que, en realidad, Colón había establecido un trato con los reyes católicos.
Este rastreo dependía mucho de la interpretación que se le diera a la Capitulación jurídica de Santa Fe. Las capitulaciones eran contratos que celebraban los descubridores con los soberanos, pues no podía haber una expedición ultramarina si no estaba respaldada por estos documentos.
Unos historiadores establecían que sí era un verdadero contrato y que los reyes católicos tenían que cumplir con cada una de las clausulas; otros sostenían que era una simple merced -entonces los reyes igual que daban una merced la podían retirar-, explicó el doctor Diego-Fernández Sotelo, y se acabó determinando que sí era una merced y que por lo tanto lo que había hecho Colón no le daba derecho a una retribución, porque el permiso de expedición se le había concedido como un donativo por voluntad de los reyes.
Sin embargo, Colón y después sus sucesores siguieron un proceso durante muchos años contra la corona por el tema de los contratos y su cumplimiento; los pleitos colombinos se publicaron en Sevilla en muchos volúmenes, comentó el especialista.
En 1992, para el V centenario del descubrimiento de América se creó en México la comisión conmemorativa para esos festejos, cuyo presidente Miguel León Portilla concibió la frase ‘el encuentro de dos mundos’, un término conciliador que resultó más polémico entre los historiadores.
Historiadores latinoamericanos ignoran a Colón
Diego- Fernández Sotelo, quien es miembro del Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, reveló que el tema de Cristóbal Colón normalmente lo trabajan historiadores europeos o de otras partes del mundo; para el caso de los países latinoamericanos los especialistas se centran en las figuras de los descubridores, pobladores, colonizadores, empezando con Hernán Cortés, los Pizarro, Diego de Almagro.
Es raro ver historiadores que se interesen en el tema de Colón de este lado del Atlántico; en mi caso -confesó- fue casualidad, “pasé varios años estudiando el tema de Colón, pero como pasa con todos los historiadores latinoamericanos, mi tesis para licenciatura era sobre el vasallaje voluntario de Moctezuma al emperador Carlos V a través de Hernán Cortés, el cual tuvo numerosas repercusiones jurídicas”.
Pero la investigación sobre Cortés hizo que el ganador del premio “Francisco Xavier Clavijero” (1987,) Diego-Fernández Sotelo, llegara al tema de Colón y la capitulación de Santa Fe, y de ahí pasara muchos años estudiando a Colón porque la universidad de Sevilla le ofreció una beca para hacer el doctorado, pues allá están todos los Archivos de Indias y además trabajó en los archivos de protocolos notariales de Sevilla. Por cierto, el Centro de Estudios de Historia de México, muy vinculado con el tema de Colón y del descubrimiento de América, publicó una ordenanza desconocida de Colón, que es una joya.
Algo que debemos tener muy claro, es que Colón nunca pensó que había descubierto un continente nuevo, por lo tanto, no imaginó América, lo que para él era indiscutible que saliendo por el poniente de la península ibérica y siguiendo la ruta del sol iba a llegar a la tierra de Catay y Cipango (China y Japón), mencionadas en ‘El libro de las maravillas’ de Marco Polo.
(Concluirá)