FILANTROPÍA/ Oportunidades verdes

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Por Felipe Vega, fundador y director general de CECANI Latinoamérica.
El cuidado medioambiental incrementa su importancia en las empresas y la sociedad civil organizada.
Las soluciones de tecnología climática como el acero ecológico, la eliminación de carbono de la atmósfera y nuevas formas de producir y almacenar energía renovable, por ejemplos, ofrecen crecimiento a escala masiva.
Pero a diferencia de las empresas de alta tecnología con pocos activos, las empresas de tecnología climática requieren inversiones sustanciales por adelantado y un tiempo considerable para crecer, lo que significa que no son aptas para el capital de riesgo tradicional o el capital privado.
Sin embargo, las empresas de tecnología climática también tienen ventajas sin precedentes y las soluciones ya funcionan. También representan un nicho importante para la filantropía, concretamente en divulgación y capacitación.
Actualmente se estima que hasta el 90 por ciento de las emisiones de referencia provocadas por el hombre para 2050 podrían reducirse con las tecnologías climáticas existentes. El diez por ciento del potencial de reducción proviene de tecnologías climáticas que ya están comercialmente maduras.
Sin embargo, aproximadamente el 45 por ciento de las reducciones requeridas provendrán de tecnologías emergentes que aún no se implementan a escala, como las turbinas eólicas flotantes y los combustibles electrónicos.
Si bien el conocimiento general del proceso de producción de combustibles sostenibles existe desde hace décadas, la producción se implementará a escala hasta el 2025. La divulgación sobre estos temas es un campo de acción muy importante para las Organizaciones No Gubernamentales, que deberán concientizar que los inversores en proyectos tradicionales, acostumbrados a niveles de deuda de alrededor del 80 por ciento, pueden rehuir estas inversiones a largo plazo, dado que proyectos como la energía solar y eólica ya ofrecen un flujo de ingresos constante.
Por otra parte, algunas tecnologías climáticas intensivas en capital carecen de modelos comerciales probados. Esto abre otros campos de acción a las sociedades filantrópicas y otras figuras no lucrativas en el campo de la investigación y generación de alianzas estratégicas que permitan un modelo comercial sostenible.
Además, existe un amplio campo en la educación empresarial, pues el punto de equilibrio no está a la vista de inmediato, lo que puede generar discusiones sobre financiación. Por ejemplo, el tiempo promedio de la Serie A a la Serie D para los mercados digitales es de tres años. En cambio, las tecnologías climáticas basadas en los conocimientos actuales tardarán unos siete años en alcanzar su escala.
Las soluciones intensivas en capital son soluciones reales, no teóricas; La mayoría de las tecnologías necesarias para alcanzar las cero emisiones netas ya están maduras. Existen algunos riesgos tecnológicos, por supuesto, pero hacer que estos desafíos sean transparentes es en realidad un paso positivo para disipar las preocupaciones de los inversores.
Si bien la tecnología climática ahora enfrenta desafíos más pronunciados que la alta tecnología, en particular las cantidades de capital necesarias y el horizonte más largo para lograr escala, también disfruta el tremendo impulso regulatorio para la sostenibilidad. Eso puede marcar la diferencia a la hora de acceder a grandes cantidades de capital.