Fobias por Día de Muertos y Halloween ocultan traumas de la infancia

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Día de Muertos y Halloween para la mayoría de las personas son celebraciones en las que se recuerdan a los que ya no están y en las que es posible convertirse en monstros, catrinas, fantasmas y seres terroríficos para pasar un rato de alegría y diversión en compañía de la familia, amigos y compañeros de la escuela o el trabajo.

Sin embargo, hay quienes ven estas celebraciones como un momento de terror y angustia, ya que tienen fobias relacionadas a estas celebraciones; de tal manera que, para ellos ver una máscara, maquilla sangriento y decoraciones que refieren a lo satánico representan peligros reales, que les generan pavor.

La diferencia entre miedo y fobia, de acuerdo con la especialista en psicoanálisis Katia Ruiz Ochoa, radica en que la ansiedad que genera el miedo permite alertar y actuar en una situación de peligro, mientras que la fobia paraliza a las personas y les impide llevar una vida normal y plena.

“Una fobia es diferente porque se da cuando no hay una situación real; es algo irracional, es sentir miedo por un objeto en el que se ha depositado toda su angustia, que puede ser una angustia de mutilación, de fragmentación de la vida o la muerte”, explicó.

En entrevista, señaló que sentir miedo ante personajes de terror es normal en niños, ya que no saben diferenciar entre lo que es real y lo que no.

“Me refiero a que el miedo en los niños dependiendo la edad de desarrollo y maduración es normal; pequeños de entre 4 y 6 años se asustan ante los monstruos, la obscuridad, los fantasmas y es normal porque todavía no tienen una parte cognoscitiva más profunda, tienen mucha imaginación y es parte de su crecimiento”, detalló.

No obstante, mencionó la especialista quien es miembro de Fundación APTA, después de los 12 años esos miedos deben de haber desaparecido, pues se sabe que esos personajes que causaban terror son inexistentes, mientras que la celebración tanto de Día de Muertos como el Halloween se convierten en un juego en el que pueden convertirse en aquello que tanto los atemorizaba.

“A los 11, 12 años los miedos ya son a catástrofes, a tener un accidente, son miedos reales y el miedo les ayuda a salvarse, a no meterse en problemas, pero si existen miedos hacia cosas que son peligros irreales, ya estamos hablando de una fobia”, alertó.

En el caso específico de las personas que tienen fobias relacionadas a este par de celebraciones, en estas fechas prefieren mantenerse recluidas en sus casas, a fin de evitar observar las máscaras que se venden en los centros comerciales y los disfraces que todos portan en las fiestas.

“Al existir todos estos estímulos, las personas con fobias se angustian y al hacerlo no reaccionan de la manera apropiada, lo que genera depresión y aislamiento; las personas con estas fobias no salen estos días y no van a fiestas de Halloween, lo relacionan todo con algo demoniaco, como si fuera a pasar, como si cobrarán vida todos estos personajes de disfraces” apuntó.

Y es que estas personas en su temor por los disfraces, las máscaras y los monstruos, ocultan una experiencia traumática que vivieron en los primeros seis años de vida y que está estrechamente relacionada con sus padres, indicó la especialista.

“Son experiencias en las que tal vez se sintieron humillados por sus padres, expuestos, se sintieron vulnerables o abandonados, es decir tiene que ver con cómo vivieron su desarrollo; no con la experiencia del payaso o el monstruo sino con sus experiencias del día a día con sus papás, con sus cuidadores”, aseveró.

De ahí que jugarle una broma pesada a alguien con esta clase de fobias suele ser contraproducente, ya que en lugar de ayudarle a superar ese miedo irracional éste puede incrementar, ya que el individuo se siente ridiculizado y es como si volviera a vivir sus traumas de la infancia.

“Porque finalmente una fobia es un trauma y la fantasía es que te aniquilen, que te corten, que te mutilen, que te maten, realmente eso es lo que se siente por eso incrementa la palpitación cardiaca, muchos de ellos vomitan y se desmallan porque es una fobia en la que hay regresiones a las etapas infantiles, etapas muy tempranas en las que hubo esta sensación de abandono, mutilación, de burla, humillación y separación con los seres amados en este caso mamá y papá”, abundó.

Por todo ello, es de vital importancia que quienes padecen alguna fobia reciban atención con algún especialista, que les ayude a superar a ese trauma, cuyo origen se encuentra en la infancia.

“Si conocemos a alguien con este tipo de fobias, lo primero es entender que esta fobia no es una payasada, que la persona no está llamando la atención, que no exagera su miedo, sino que esta angustia que vive es real y que esta sensación no es el objeto a lo que tiene miedo, sino que son sensaciones de muerte o de mutilación real, por eso debemos canalizar a esta persona con especialistas, para platicar y averiguar qué pasó”, subrayó.

Contrario a lo que se podría pensar, las fobias son muy fáciles de diagnosticar y de tratar, a través del psicoanálisis, disciplina que permite llegar al origen de ese trauma y así lograr su reparación.

“La ansiedad es necesaria para la supervivencia, pero cuando nosotros detectamos que esa ansiedad ya no es racional y que nos alejamos de ciertas situaciones sociales, laborales o familiares, quiere decir que estamos teniendo una fobia y que debemos pedir ayuda”, concluyó Ruiz Ochoa.

Así que, si se tiene cerca a un adulto que antes los disfraces y máscaras de seres terroríficos se siente invadido por el pánico y el miedo, como amigos o familiares deben de ofrecer su ayuda, no solo al no minimizar su problema sino además acercándolo a un especialista, a fin de que con el paso del tiempo se convierta en un monstruo más que sale la noche de Día Muertos y de Halloween a disfrutar de estas fiestas que celebran el estar vivo.