FORJADORES DE MÉXICO/ Impactos económicos de la discriminación

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Por Antonio Ortíz Vázquez, Presidente de Forjadores de México, A.C

El racismo, la xenofobia y otras formas de discriminación contra las minorías son, lamentablemente, fenómenos comunes a lo largo de la historia y en el momento actual.

Tal normalización no impide que la discriminación afecte la economía de un país y sea extremadamente dañina para las personas de minorías excluidas. El rechazar a los individuos talentosos de las oportunidades económicas tienden a ir más allá: cuando una sociedad desdeña a un grupo específico, toda su economía puede sufrir.

Por ejemplo, la discriminación contra los judíos en la Alemania nazi tuvo consecuencias catastróficas en la economía de ese país.

En 1932, los judíos ocupaban alrededor del 15% de los puestos de alta dirección en empresas alemanas que cotizaban en la Bolsa de Berlín. Cuando estos altos directivos fueron expulsados, las empresas no pudieron reemplazarlos adecuadamente. Los nuevos equipos de alta dirección de las empresas afectadas estaban menos conectados con otras empresas, menos educados y tenían menos experiencia gerencial.

Entonces, los precios de las acciones y la rentabilidad de las empresas afectadas disminuyeron bruscamente después de 1933 en relación con las empresas no afectadas. Estos efectos fueron distintos de otros choques que afectaron a las empresas alemanas después de 1933, por ejemplo, las políticas del gobierno nazi o los cambios en la demanda de productos de las empresas.

Los efectos agregados de la pérdida de gerentes judíos fueron grandes: un cálculo aproximado sugiere que la valoración de mercado de las empresas que cotizan en Berlín cayó 2% del PIB alemán. Además de drásticos, los efectos fueron persistentes: el desempeño de las empresas afectadas no se recuperó durante la siguiente década. Esto sugiere que el surgimiento de una ideología discriminatoria puede conducir a pérdidas económicas persistentes y de primer orden.

Aunque existen diferencias importantes entre el antisemitismo de la década de 1930 y lo que muchos estadounidenses negros enfrentan hoy en día, existen grandes similitudes en el perjuicio económico que ambas conllevan.

Por ejemplo, una historia de esclavitud y racismo obstaculiza que sea más difícil para los estadounidenses negros alcanzar posiciones de liderazgo. Pero al igual que en la Alemania nazi, estos factores tienen un costo económico. Por ejemplo, barreras como el acceso limitado a la educación pueden impedir una asignación óptima del talento. Pero a medida que tales barreras caen, los ingresos promedio aumentan.

En el caso de México persiste un odioso sistema de castas que surgió desde la época colonial y que existe tristemente en nuestros días. Incluso, la movilidad social en gran parte está determinada por el color de piel y en la Ciudad de México se nota un incremento de la segregación a las personas en situación de pobreza y por el color de piel.

De persistir estos sesgos, los países que discriminan verán restar oportunidades y talento. Es necesario, entonces, optar por políticas sociales más inclusivas no sólo en el ámbito laboral sino social e, incluso, personal.