Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista.
Con la hiperdigitalización que vivimos aparece también un incremento de los ciberataques a todos tipo de empresas, en especial aquellas que manejan gran número de datos personales y transacciones económicas. El móvil de la ciber delincuencia en más del 80% de los casos es económica.
De manera paralela, las pymes, con menos recursos, apenas invierten en la seguridad de su negocio, lo que las coloca en una posición vulnerable. Esto se acrecienta más con el déficit de trabajadores especializados para abordar estos temas y la dificultad de las pymes para ofrecer condiciones laborales interesantes para este colectivo.
Amabas condiciones, auge y complejidad de la delincuencia cibernética y exigua inversión en seguridad de operaciones en línea que presentan las pymes, daña a un sector emergente y con un gran potencial: las fintech.
Este sector que genera importantes productos para la población no bancarizada, más del 70% en el país, presenta ahora uno de sus principales peligros: un abanico de delitos que van del pishing al fraude, suplantación de identidad, extorsión y otros.
Lo más preocupante en este entorno, es que no existen los mecanismos adecuados para prevenir los ataques y las fintech se encuentran altamente vulnerables al pirataje cibernético.
Uno de los recientes delitos en Internet tiene que ver con la suplantación de Fintech que prestan bajos montos a los usuarios, menos de 500 pesos. Los fraudes a tales consumidores no sólo dañan el patrimonio de tales clientes, en su mayoría trabajadores de la economía informal, sino que debilitan las marcas fintch y desaparecen otras opciones que benefician al sistema financiero como el crowfounding.
¿Las soluciones? Una de las más viables es la capacitación empresarial en materia de seguridad cibernética. Y esta debe establecerse con sólo con más y mejores especialistas en la materia, sino con una preparación integral en todas las compañías, la tecnología y la seguridad que ésta debe tener, es una asignatura que nos compete a todos.
Y si, es tarea empresarial, pero también de los gobiernos federales y locales, pues el auge tecnológico es una realidad insoslayable, pero también los problemas que se derivan de éste.
Dados los aumentos en los ataques y los cambios en las tácticas utilizadas por los malos actores y las organizaciones, la ciberseguridad será sin duda una elección de carrera que verá empleo neto a largo plazo.
Hoy, los analistas de seguridad tienen la oportunidad de impactar más que solo sus industria específica. La ciberseguridad llega al mundo de la política, la economía y otros sectores del mundo. Si bien irrumpir en el campo puede ser un desafío, es increíblemente gratificante.
Por el momento, debe encenderse la alerta en las fintech: los delitos cibernéticos pueden aniquilarla.