GOBIERNO DE CALIDAD/ Los dos grandes desafíos empresariales

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Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas.

Las dislocaciones globales crean nuevos e intensos desafíos para los líderes.
Una pandemia mundial en curso, la guerra en Ucrania, aceleración del cambio climático, el aumento de la desigualdad y polarización, volatilidad de los precios de la energía y alimentos, disrupción tecnológica, profundo realineamiento en los patrones de trabajo y tasas de inflación no vistas en décadas agravan la resiliencia de los sistemas políticos, la eficacia de nuestras instituciones multinacionales y el futuro de la economía global interconectada.
Tales interrupciones implican que los líderes deben estar listos para la reinvención. Esto significa transformar audazmente la empresa para que sea parte de la solución a largo plazo a las dislocaciones de la sociedad.
Hoy, los líderes empresariales deben centrarse en dos cosas:
1. Transitar a una forma más responsable de capitalismo que genere valor para todas las partes interesadas.
2. Restablecer las agendas corporativas con miras a resultados a largo plazo
Deben resolverse nuestros problemas sociales más difíciles y al mismo tiempo ofrecer valor a los accionistas. Crear un verdadero capitalismo de partes interesadas, en el que las empresas se guíen por un propósito claro para ofrecer valor a la sociedad. Esta es la mejor receta para generar confianza y ofrecer un éxito sostenido tanto para las empresas como para la sociedad.
Ahora, considerar a todas las partes interesadas no es altruismo. Tiene un sólido sentido comercial, porque centrarse solo en los accionistas con exclusión de otros grupos puede perjudicar el valor para los accionistas.
Las empresas deben anticipar ser responsables ante un conjunto mayor y más diverso de partes interesadas en un conjunto más amplio de problemas sociales y comerciales.
Abordar las preocupaciones de múltiples partes interesadas implica que se traten con el mismo nivel de enfoque que el desempeño financiero.
Por otra parte, ante tantas dislocaciones, el líder se podría centrar únicamente en los resultados a corto plazo y en el resultado final. Pero las empresas que hoy establecen visiones a largo plazo son quienes definirán el futuro.
En sí, los movimientos audaces anclados por una fuerte visión crean valor comercial a largo plazo.
Las empresas que adoptan un papel como un contribuyente valioso y orientado a un propósito para la sociedad, y cuyos líderes toman decisiones audaces y a largo plazo consistentes con ese rol, ganarán confianza. A su vez, ésta creará lealtad con las partes interesadas, impulsa la resiliencia a largo plazo y se convertirá en la base de resultados sostenidos.
La reinvención es volver a imaginar audazmente a la empresa como parte de la solución a largo plazo a los mayores desafíos de nuestra era.