GOBIERNO DE CALIDAD / Porvenir del agro

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Por Jorge Manrique, Rector del Colegio Jurista

¿Qué pasará con un sector económico lleno de retos y presiones al encontrarse con el BIG Data, Inteligencia Artificial y otras innovaciones tecnológicas?

No podemos saber exactamente cómo se verá el mundo en 2030, pero las tendencias existentes indican la probabilidad de que más personas vivirán en ciudades, habrá choques climáticos más extremos y desastres naturales, así como mayor presión sobre recursos naturales como el agua dulce o las tierras cultivables.

Asimismo, se prevén océanos sobreexplotados, sobrecalentados y crecientes. Eso puede sonar sombrío, pero es posible que las empresas agrícolas pueden alimentar este planeta en el futuro cercano mejor que nunca y de manera simultánea logren disminuir la presión sobre los recursos.

Ahora, la respuesta más común de las empresas es conectar nuevas tecnologías a viejos modelos de negocio, con la esperanza de mejorarlos con herramientas más inteligentes y más datos. Pero esa táctica es deficiente: no basta que los antiguos modelos funcionen mejor, porque éstos ya resultan obsoletos.

Así, en lugar de buscar un mejor producto, las empresas deben buscar mejores soluciones para los problemas que enfrentan sus clientes, ya sean agricultores, proveedores agrícolas o consumidores finales. Muchas soluciones exitosas reunirán productos y servicios de múltiples compañías, en lugar de solo usar productos fabricados por un proveedor.

Para determinar qué soluciones ofrecer y cómo ofrecerlas, las empresas deben comprender cuál es su posición competitiva actual y clarificar sus fortalezas y vulnerabilidades. Incluso, pueden determinar dónde quieren competir en el ecosistema agrícola del futuro. En cualquier posición competitiva que elijan, necesitarán las capacidades adecuadas para ganar. La innovación orgánica, las empresas conjuntas, las incubadoras y las adquisiciones deben considerarse para que una organización aprenda y evolucione.

Debe enfatizarse que las empresas necesitarán muchas capacidades diferentes, según la posición competitiva elegida.

Pero para casi todos los actores agrícolas, cuatro capacidades servirán como base del éxito.

La primera de estas habilidades es el empleo de datos. Las empresas agrícolas con visión de futuro no solo capturan y aprovechan los datos. También ayudan a los clientes a averiguar qué datos necesitan y cómo los obtendrán. Logran estandarizar y analizar esos datos para reconocer patrones y formular recomendaciones.

La segunda competencia es revalorar la colaboración. Es imposible para una sola empresa recopilar, administrar, desarrollar y utilizar todas las fuentes de datos y todas las nuevas tecnologías de las que dependen los modelos de negocio agrícolas emergentes. Eso requerirá que múltiples partes interesadas, desde conglomerados hasta nuevas empresas y agricultores en el campo trabajen juntos.

La tercera destreza es innovar modelos de negocio. Esto requiere una sólida comprensión de las fortalezas y cultura corporativas existentes. Cualquiera que sea su especialidad, las empresas agrícolas necesitarán procedimientos para examinar, evaluar y priorizar sistemáticamente las tecnologías emergentes. También necesitarán colaboración interfuncional para identificar mejor y desarrollar e implementar más rápidamente las mejores ideas.

La cuarta habilidad es monetizar las oportunidades de negocio desde la sostenibilidad. Esto implica reducir el desperdicio de alimentos, reformular productos y envases, desarrollar nuevos fertilizantes y formas más precisas de mejorar las características de las plantas; gestionar granjas, bosques y océanos de manera más racional, promover el micro-riego y aumentar el compostaje y la captura de energía, por ejemplo.

Es momento de construir un mejor futuro en el sector agrícola. Nos conviene a todos.