HOGARES MÁS POBRES CONSUMEN CINCO VECES MENOS AGUA QUE LOS MÁS RICOS EN LA CIUDAD DE MÉXICO

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Como consecuencia de una distribución desigual y una infraestructura no homogénea en la Ciudad de México, 20 por ciento de las viviendas con menores ingresos consumen sólo siete por ciento del agua, mientras que el mismo porcentaje de hogares con mayores ingresos consume 42 por ciento del vital líquido, advirtió la doctora Lilia Rodríguez Tapia, académica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

De igual manera, en el consumo per cápita también se observa una gran disparidad, pues en zonas pobres es de 16 litros por habitante al día y en contrapartida cada miembro de familias con ingresos mayores consume en promedio 710 litros diarios, contrastó la investigadora del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco.

Al dictar la conferencia Problemas de abastecimiento de agua a los hogares en la Ciudad de México, reconoció que se observan consumos muy exiguos en la periferia, en donde se localizan las zonas más vulnerables en el uso hídrico y con marginación alta y muy alta, principalmente en las alcaldías Iztapalapa, Milpa Alta, Magdalena Contreras, Azcapotzalco y Tlalpan.

De acuerdo con los resultados de un estudio sobre el uso y dotación del agua en la Ciudad de México (CDMX), la población de la Alcaldía Iztapalapa enfrenta los mayores rezagos y entre sus habitantes es posible encontrar consumos que va de 10 a 16 litros al día por persona, mientras Milpa Alta es la segunda zona que padece de problemas en la dotación del líquido.

Durante el Seminario permanente Estructura y Coyuntura de la Economía mexicana, coordinado por el Departamento de Economía de ese campus de la UAM, señaló que con sus colegas han medido qué tan desigual es la distribución del agua y como se distribuye en el espacio geográfico, para ello se consideró la variable espacial para identificar las áreas de mayor vulnerabilidad en la dotación del recurso.

“Encontramos una distribución muy desigual y también en el consumo, que van de la mano del índice de marginación, pues aquellos hogares con ingreso exiguo carecen de una infraestructura hídrica eficiente mientras la población de altos ingresos está dotada de mejores recursos e instalaciones”, afirmó la investigadora.

La capital, que se ubica en una cuenca hidrológica que abarca la metrópoli y otras entidades del centro del país, alberga a dos millones 756 mil viviendas, de acuerdo con el censo de población 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y es además la región con mayor densidad poblacional de México.

Dos terceras partes del bien que se consume en la ciudad proviene de los acuíferos y un tercio llega proveniente de cuencas externas del sistema Cutzamala, localizado a 124 kilómetros, para dotar del recurso a una población de más de nueve millones de seres humanos.

La especialista en gestión sustentable del agua recordó que en 2011, junto a otros colegas de la UAM, desarrolló una investigación para recabar el consumo de cada hogar, empleando datos de marginación de los habitantes de la Ciudad de México de organismos oficiales, como el índice de marginación urbana que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el censo de población del Inegi e información del Consejo Nacional de Población (Conapo).

Mediante una metodología se pudo ubicar la heterogeneidad y usando la curva de Lorenz fue posible determinar un consumo desigual en los hogares de la metrópoli, medido por deciles. El primero consume 7 por ciento en tanto que el último dispone del 56 por ciento del agua.

Según las recomendaciones de organismos sobre la materia, como la Organización Mundial de la Salud, una persona debe disponer de al menos 100 litros de agua al día, en tanto que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) clasifica tres rangos en el uso del líquido: residencial, media y popular, con consumos de 250, 195 y 150 litros por persona diarios.

El Índice de Morán –que analiza las variaciones de autocorrelación espacial entre variable cercanas– registra un valor de 0.763, lo cual indica que existe un patrón de distribución del agua que considera indicadores de exclusión económica como: nivel de educación, acceso a la salud, condiciones de la vivienda, disponibilidad de bienes.

A partir de esos datos, el nivel de ingreso familiar está estrechamente relacionado con las dimensiones de exclusión económica, por tanto, existe una correlación entre el ingreso y el consumo, por ello el Índice de Marginación Urbana es una variable idónea para captar un patrón espacial del consumo de recurso, concluyó la jefa del área de investigación Crecimiento Económico y Medio Ambiente.