Especialistas participan en un proyecto de investigación, mediante el cual profundizan estudios para determinar si las vacunas contra la tuberculosis (BCG) e influenza, confieren a las personas una posible inmunidad cruzada contra el COVID-19, entre los investigadores se encuentran profesionales del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM).
El Secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, ha reconocido que la pandemia por el virus SARS-CoV-2 obligó a los sistemas educativos del mundo a ser resilientes y generar respuestas inmediatas, para ofrecer mejores alternativas durante la pandemia por COVID-19.
A su vez, el Director General del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, ha subrayado que la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 afectó profundamente la vida de los mexicanos, por ello el Politécnico ha sumado su potencial científico y tecnológico, para aportar conocimiento e innovaciones, ante los desafíos que se han derivado de la crisis sanitaria por el COVID-19.
La científica de la Escuela Superior de Medicina (ESM), Jazmín García Machorro, informó que este proyecto de investigación, en el que participan diversas instituciones educativas y de salud, es apoyado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). “En este esfuerzo se liga la práctica científica con la clínica, para caracterizar y evaluar si la población que ha recibido las vacunas citadas es inmune al SARS-CoV-2”.
Explicó que en la primera etapa usarán herramientas bioinformáticas para analizar secuencias genéticas de los virus de la influenza y del SARS-CoV-2, así como del bacilo de la tuberculosis (BCG), para detectar si cuentan con proteínas que posean sitios en común. “Posteriormente, a partir de esos pequeños pedacitos similares, se harán estudios en ratones con proteínas sintéticas y, finalmente, se medirá la respuesta de anticuerpos y la inmunidad celular en muestras de pacientes”.
La especialista en virología, adscrita al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) Nivel I, señaló que la historia clínica y de vacunación del paciente son útiles para determinar si el repertorio antigénico al que ha estado expuesto está relacionado con haber adquirido ese tipo de inmunidad. “A los participantes en el proyecto se les informará la cantidad de anticuerpos que reconocen a los virus de influenza y SARS-CoV-2, así como al bacilo BCG”.
La doctora García Machorro precisó que de comprobar que existe una correlación entre la respuesta de anticuerpos y los datos clínicos de los pacientes, se promoverá una modificación en el esquema de vacunación, ya que la vacuna de la tuberculosis (BCG) se aplica únicamente al nacer, además, se impulsará la inmunización anual contra la influenza, con el propósito de mejorar la protección contra SARS-CoV-2.