Descubrieron psicólogos del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), que a pesar de que exista predisposición genética o fisiológica al consumo de ciertas sustancias o a la ejecución de determinadas actividades, el ambiente influye de manera significativa, si las condiciones ambientales no son las propicias, no habrá adicción.
“Con nuestro proyecto queremos lograr una prevención efectiva a través de un estudio multidisciplinario que evite recaídas ante cualquier tipo de adicción”, detalló el psicólogo Luis Jesús López Romero del CICS Santo Tomás.
Al deseo irresistible por consumir una sustancia, alimento o realizar una actividad que produzca placer se le llama craving, es el momento decisivo para evitar caer o reincidir en cualquier tipo de adicción. Puede aparecer tras la abstinencia y mantenerse por mucho tiempo y ser distinto en cada persona.
El síndrome de abstinencia (SA) lo causa únicamente la sobriedad, sin embargo, además de ello el craving es inducido por estímulos relacionados con la sustancia o actividad placentera y por estados emocionales.
El craving es el responsable de estas reincidencias, por lo tanto es el momento en el que se debe hacer un trabajo más exhaustivo, enseñar al paciente el autocontrol y así frenar la adicción.
La investigación señala que el craving varía a lo largo del día y aumenta en las primeras horas de la tarde. Por el contrario, el SA tiene un periodo definido, aparece entre las 24 y 48 horas tras dejar la adicción y finaliza a las tres o cuatro semanas.
En los estudios del CICS se descubrió que los mecanismos fisiológicos y psicológicos son muy similares en adicciones que involucran sustancias, comportamientos o conductas que generan placer y por tanto se produce adicción a estos actos.
Por otra parte, la conducta adictiva es una enfermedad en la que intervienen sustancias que se originan de manera natural y que son sintetizadas por el cerebro para generar sensaciones placenteras, como la dopamina y los endocanabinoides. Estas interactúan con la amígdala, órgano donde se produce miedo, el cual es sustituido por el placer.
Las adicciones se relacionan con los centros de placer y de toma de decisiones, si se activan en ciertas situaciones, entonces se busca repetir la actividad, la labor del psicólogo es que la persona aprenda a controlar la situación y no reincida en la adicción.
La insistencia del acto adictivo hace que el sistema de estímulo-respuesta no sea igual, la sensación de placer disminuye y surge la necesidad de aumentar la dosis o el tiempo de la actividad.
A largo plazo el investigador politécnico propone hacer campañas de prevención de adicciones efectivas y multidisciplinarias.
